Luis: "Me alegro por Torres"

"¡Hola Gorda!", gritó Pernía; "¡imagínate cómo estoy!". El lateral argentino nacionalizado español salía de la ducha cuando una radio lo conectó con su esposa en Argentina, por teléfono. El hombre tenía los pómulos salientes y las mejillas hundidas. Parecía un etíope. Venía de debutar en un partido vertiginoso. Fue el encargado de cerrar, con poco éxito, la autopista por donde atacó Croacia en el primer tiempo, y en la segunda parte se sacó un zurdazo de falta que terminó en la portería de Pletikosa después de un rebote. Fue el gol de un empate con música de salvación.

Pernía fue la figura feliz de un partido alarmante para España. La selección bailó en el alambre. Pero tanto el seleccionador, Luis Aragonés, como los jugadores, salieron de la ducha como unas castañuelas. "Estamos mentalmente fuertes", dijo el técnico; "porque de otro modo los jugadores no se habrían podido recuperar de los dos mazazos que hemos recibido [el gol de Pablo en contra y el penalti fallado por Torres]. En la primera parte el gol nos ha dejado aturdidos. Hemos estado 10 minutos sin reaccionar y en la segunda Torres ha fallado un penalti. Por eso me alegro especialmente por él, porque el gol evita que quede un poco tocado. Torres está en un momento extraordinario".

Pernía: "He sentido que estaba aquí desde siempre por la forma que festejaron mi gol"

"De lo que nadie se acordará es que en los primeros 10 minutos merecimos ir ganando por 3-0", prosiguió Luis, rozando la euforia. "Hemos tenido ocasiones clarísimas. Después nos hemos encontrado un partido que se nos puede presentar en el Mundial también. Contra jugadores que tienen una condición física de base superior a la nuestra, el más bajo medía 1,84, y lo que tuvimos que hacer fue tener el balón y presionar arriba. Al final, en la segunda parte lo hicimos mejor y entramos más por las bandas. Con Pernía subiendo muy bien y con Sergio Ramos del otro lado dándole el pase de gol a Torres".

Pernía evocó su partido con entusiasmo: "En la primera parte no me pude incorporar mucho al ataque porque estaba Reyes, que tiene un muy buen uno contra uno. Por eso preferí darle el balón para que centrase él. En la segunda subí más y tuve un poquito de suerte en el gol. Pero bueno, ellos también la tuvieron suerte para el suyo".

El gol del último hombre en incorporarse a la selección fue celebrado con el énfasis que se reserva a los de las grandes finales. El equipo pasó de la depresión a la euforia más desbordante. Todos acudieron a abrazar la figura flaca del argentino. "La forma en que han venido todos a festejar mi gol", dijo, "demuestra que lo que dije es verdad: que en esta selección me recibieron como a uno más. Hoy he sentido que estaba aquí desde siempre".

Los compañeros de Pernía estaban agradecidos porque una derrota habría metido al equipo en un laberinto de incógnitas. Quien quiera de la federación española que haya elegido a Croacia para jugar el último amistoso antes de la Copa cometió un grave error de cálculo. Los croatas, que jugarán el Mundial y que no pierden desde hace dos años, no resultaron ser la clase de gente triste y amigable que facilita a los equipos tímidos un tránsito tranquilo hacia la competición.

Los españoles, a toro pasado, lo vieron de otra forma. Xavi ponderó la experiencia con optimismo. "Me he encontrado fenomenal de la rodilla", dijo, "ya casi ni pienso en la lesión. Además, en la segunda parte hemos jugado a un buen ritmo, abriendo a las bandas, manejando el balón. Seguimos invictos".

En el colmo de las lecturas animosas se colocó Salgado: "Esta remontada nos viene bien. Porque en el Mundial nos podemos encontrar con situaciones así, y si nos meten un gol este partido hará que creamos en nosotros. Ya sabemos que si tenemos una ocasión, como en la primera parte, la tenemos que meter. Ley dice que en un Mundial si perdonas pierdes".