"No me asusta Rafa"
El serbio Djokovic, un pegador de 19 años,dice que saldrá "a morir"
"Sí, es el número dos y el mejor en tierra batida. Pero saldré a morir en la pista. No me asusta Rafa [Nadal]". El serbio Novak Djokovic, de 19 años, aspira a convertirse en máxima figura y hoy será el rival del español en los cuartos de final. No es el único que lo piensa. El mismo Toni Nadal, entrenador del manacorí, asume: "No sé si alcanzará el liderato mundial, pero, si no, estará muy cerca".
Para la mayoría de los aficionados, sin embargo, Djokovic es un desconocido. Lo que se recuerda de él es lo que ha logrado estos días: eliminar a Fernando González, Tommy Haas y Gael Monfils. Su juego no tiene secretos. Es un buen pegador y tiene un gran servicio. No necesita más. Con eso le basta para desbordar a la mayoría de sus rivales. Al menos, hasta hoy.
Curiosamente, Djokovic se presentó en París sin técnico tras darse un plazo de reflexión con el italiano Ricardi Piatti y el preparador físico español Salvador Sosa, que trabajaban con él e Ivan Ljubicic. Viaja con su padre, Srdjan, y con Milos Jelisacic, también preparador. "Somos muy amigos de Ljubicic y [Mario] Ancic [croatas], pero nunca hablamos de política", confiesa Djokovic, criticado en Serbia por ello. Reside en Mónaco, pero negocia convertirse en británico para disputar con su equipo la Copa Davis.
Djokovic iba para esquiador, como su padre y su tío, cuando una empresa costruyó tres pistas de tenis frente al restaurante de montaña de su familia. "Yo mismo les ayudé a acabarlas", dice, "y el tenis comenzó a apasionarme". Allí conoció a Jelena Gancic, una profesora que le enseñó los fundamentos de este deporte. A los 14 años le mandó a Múnich a entrenarse con Nicola Pilic. Y a los 16 decidió hacer preparación intensiva con Dirk Hordorff. En el verano del curso pasado comenzó a trabajar con Piatti y Sosa y progresó hasta ser el 63º del mundo.
En noviembre se operó el tabique nasal porque tenía problemas de respiración. "Aún me cuesta no respirar por la boca", confiesa. Nunca se ha enfrentado a Nadal, pero sabe que deberá dar lo mejor de sí. "Él, Gasquet, Monfils, Berdych, Murray y yo representamos a la nueva generación. Y me siento orgulloso de formar parte del grupo", concluye.

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