Pura química con Bayer
"No me veo en retirada. A mí todavía me queda mucha cuerda y quiero hacer más cosas por la industria". Francisco Belil, recién cumplidos los 60 años, reunió hace unas semanas a los directivos de Bayer para explicarles que la norma no escrita, pero poderosa en la multinacional, de invitar a los ejecutivos a prejubilarse en torno a esa edad le acechaba, y que él ya tenía en mente el liderazgo de otro proyecto. Conocido en la compañía por su desbordante energía y su activo carácter, a ninguno de sus interlocutores le extrañó. Pero, al tiempo, el salto de Bayer a Siemens era una noticia bomba.
La historia de Belil y la de Bayer en este país han permanecido estrechamente unidas desde que, en 1972, el joven ingeniero de Barcelona se incorporó al departamento central de ingeniería de la empresa. Y aun desde antes. Cuenta uno de sus colaboradores que la propia familia de Belil, con tradición empresarial, tuvo tratos con Bayer en sus años de desembarco en España, que se remontan a 1899, de la mano de los colorantes para la industria textil, lejos aún de la explosión de la aspirina, que hoy se fabrica en Asturias para el mundo.
Belil, que acaba de fichar por Siemens en España como relevo de Eduardo Montes y que desde hace poco es la cara de la Cámara de Comercio alemana en España, puede alardear de haber abierto camino como ejecutivo español colocado por una multinacional foránea para gestionar el mercado ibérico. Su obsesión por forjarse un bagaje internacional pesó en su elección. Belil, presidente además de la patronal química Feique, se formó en España (Universidad Politécnica), Estados Unidos (Universidad de Pittsburgh) y Francia (escuela de negocios INSEAD) cuando estudiar fuera era la rara excepción. Su predisposición a curtirse en varios rincones del mapamundi particular de Bayer -para ella ocupó distintas responsabilidades en EE UU, México y Alemania- fue otro abono adecuado.
Casi dos décadas dando tumbos por el mundo le concienciarían de los déficit de España para poder potenciar una industria competitiva. Francisco Belil, hasta ahora máximo responsable ejecutivo de Bayer en España y Portugal, no ha tenido pelos en la lengua para reclamar desde mejores infraestructuras hasta una apuesta seria por la investigación y el desarrollo (I+D). En su haber cuenta con el diseño de toda una estrategia de captación para España de casi una decena de centros de competencia de Bayer con alcance europeo e incluso mundial. El último anuncio, poco antes del de su próxima marcha, fue la ampliación a EE UU y Canadá de su centro de contabilidad europeo en Barcelona.
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