La fogosidad pasa factura

Los problemas se cebaron el fin de semana con los pilotos de las rápidas Aprilia. Valga como ejemplo los casos de Jorge Lorenzo y Héctor Barberá, apartado de la carrera el primero por una caída fruto de un exceso de fogosidad en la séptima vuelta, e incapaz como se mostró el segundo de progresar hacia la cabeza. La superioridad exhibida por las motos de Noale la semana pasada en el veloz trazado chino, con dos rectas interminables, quedó difuminada en el circuito Bugatti, con una cuerda mucho más virada y donde los chasis más llevaderos se manejan mejor.

Señalado por conformista y calculador, Andrea Dovizioso, por otro lado, demuestra en cada carrera que su versión sobre este deporte es, como mínimo, igual de válida que la que predican otros pilotos mucho más vehementes que él. El ex campeón del mundo de 125cc proclama que, si bien la grandeza de los pilotos se mide en gran parte por las victorias, el título es un tributo a la regularidad. Ahí no hay quien se muestre más constante que Dovi. No ha logrado coronarse vencedor, pero todavía no se ha bajado del podio en lo que va de curso y aumenta su ventaja al frente del campeonato.

Con la claridad con la que perfila su objetivo final, no se obsesiona ni incluso cuando, como ocurrió ayer, es su compañero de equipo, el japonés Yuki Takahashi, quien, a un viraje para el final, le birla una primera victoria que había sudado desde que el sábado logró su primera pole position en la categoría.

Luthi se reivindica en 125cc

Thomas Luthi, vigente campeón mundial, venció ayer tras una sequía que duraba desde la carrera de Phillip Island el pasado año. Su triunfo se debió en gran medida al fiasco mecánico -problema en el encendido- que descartó a dos kilómetros para cruzar la meta a Álvaro Bautista, entonces líder y en pugna con el suizo. El toledano, que finalmente terminó cuarto, sigue el frente del Mundial.