"En el momento en que lo supe, lo paré", afirma la presidenta

"Me alegro de que se abra este debate, para que se den cuenta las contratistas de obras que no pueden ir por ahí cortando árboles", afirmó ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que dijo desconocer la tala de 3.250 árboles por la ampliación del metro. "Me he enterado a toro pasado", precisó. "En el momento en que lo supe, lo paré. Mientras sea presidenta, no se va a cortar ningún árbol más".

Precisamente, destacó Aguirre, esa decisión llevó al Gobierno regional a crear la Ley de Protección del Arbolado Urbano, que obliga a pedir autorización a la Consejería de Medio Ambiente para talar cualquier ejemplar de las ciudades de la región. Hasta el punto de que, 12 días después de iniciar los trámites de la ley, una circular interna dirigida a los técnicos de la empresa Mintra les pedía que dejaran de talar los árboles afectados por los trabajos en el suburbano y trasplantaran el resto.

"En el momento en el que empezaron las talas, ordené de forma tajante que no se cortara ni un árbol más. Me llevé un disgusto con lo de Virgen del Puerto", añadió la presidenta regional, en referencia a los 102 ejemplares apeados por el Ayuntamiento de la capital el pasado verano en esa vía para la reforma de la M-30. Entonces, los vecinos protestaron y trataron de impedir las talas, junto a tres ediles de la oposición (PSOE e IU).

"Lo mismo hace unos años, cuando había un proyecto en la plaza de Oriente que suponía talar numerosos árboles", agregó la presidenta, que aclaró que su postura en contra de las talas en la ciudad viene de lejos: "Cuando fui concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento [en los años noventa] me opuse a cortar plátanos en el paseo de la Castellana". También recalcó que entonces sacó adelante dos nuevas ordenanzas: una que permitía plantar árboles en aceras de menos de cinco metros y otra que especificaba que quien tale un ejemplar está obligado a entregar a los viveros municipales tantos árboles como años tenía el talado.