Cambios de criterio
La tentación es muy fuerte como para descartar, a las primeras de cambio, la posibilidad de que el presidente del PP andaluz, Javier Arenas, se presente para candidato a la alcaldía de Sevilla. Insiste en asegurar que quien tiene todas las opciones es el actual portavoz, Jaime Raynaud, desestimando, incluso, otra opción más frívola, pero no por ello, también, atractiva, como sería la que configurara el periodista Carlos Herrera. A esos cantos de sirena se añade otro nombre surgido a última hora como es el de la ex alcaldesa Soledad Becerril, posibilidad esta última que le causa menos entusiasmo aún dada la escasa sintonía que mantienen ambos dirigentes entre sí. Todos los sondeos vienen a señalar, sistemáticamente, que los populares tienen al alcance de su mano recuperar la alcaldía de la capital andaluza. Sería un logro de gran valor político si se tiene en cuenta que Arenas ha depositado en el resultado de las elecciones municipales toda su esperanza en la recuperación de su partido en Andalucía de cara a las autonómicas. Pero a nadie se le escapa, igualmente, que un fracaso electoral, otro más, en su afán de alcanzar la alcaldía frente a los socialistas, supondría el descarrilamiento total del proyecto político para el que aterrizó aquí: la presidencia de la Junta.
Explicación
En esas estamos cuando, insistentemente, desde Madrid no hace más que recibir mensajes, tanto de los aledaños de su partido como de altos responsables del mismo, animándole a que, por fin, se tire a la piscina y sea él, finalmente, quien se presente a las elecciones locales. Pero para ello, tiene que haber agua y eso sólo se sabrá dentro de unas semanas más, cuando se conozcan nuevos resultados de sondeos en marcha. En todo caso, conviene aquí recordar reiteradas afirmaciones suyas en las que Arenas niega en rotundo que vaya a ser el escogido para tal misión política. A no ser, eso sí, que el escenario sea diferente al actual. Son cambios de criterio que luego pueden tener fácil explicación. Todo es cuestión de proponérselo. Así, esta misma semana, habrá ocasión para ello. Comprobaremos en estos días cómo los populares optan ahora por el "no" al Estatuto a pesar de que, anteriormente, había asegurado el mismo Arenas que su partido estaría en la foto final de aprobación del nuevo texto. En esta fase, sin embargo, ve muy difícil el consenso y reclama una rectificación del PSOE, sobre todo, en materia de definición de nuestra comunidad.
A la espera de esa más que improbable corrección del rumbo que demanda de los socialistas, el PP se mantiene con la vista puesta en el día que llegue el texto al congreso de los Diputados, y con el auxilio de un PA que, también, se encuentra aguardando otro imposible, como es que Chaves le pida disculpas por poner en evidencia su doble juego con el término nación. Por pedir que no quede, pero el tiempo corre en contra de aquellos que juegan con fuego y que corren el riesgo de quedarse fuera de un nuevo proceso histórico para Andalucía.
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