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Crónica:Fútbol | 32ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Todos contentos

Un Barça funcionarial empata en Santander, mientras el Racing logra un punto de alivio

José Sámano

Distendido por su situación en la Liga y con el reto milanista en el horizonte, el Barça se tomó la desapacible tarde de Santander de forma funcionarial hasta que el Racing le metió sin remedio en el partido. El equipo de Rijkaard creyó haber bajado la persiana con el gol de Larsson que le puso en ventaja, pero en un suspiro su rival le puso a rebufo. Antoñito y Serrano retrataron la poca aplicación azulgrana. En ambos tantos los barcelonistas estuvieron más pendientes de la coreografía arbitral que de los rematadores racinguistas. En el primero la tomaron con una supuesta falta a Belletti y en el segundo, con un presunto coscorrón a Sylvinho. Y con tanto alboroto en el paisaje, en ambos tantos Rodri, el parche defensivo de Rijkaard, estuvo blando y fuera de sitio. Con la alineación de Rodri y las vacaciones de Ronaldinho, el técnico del Barça lanzó un mensaje inequívoco: sobrado en la Liga, cualquier rasguño previo a San Siro resultaría fatal.

RACING 2 - BARCELONA 2

Racing: Aouate; Pinillos, Oriol, Moratón, Ayoze; Damiá (Antonio Tomás, m. 82), Vitolo, Matabuena (Raúl, m. 88), Serrano; Melo y Antoñito (Pinilla, m 73).

Barcelona: Víctor Valdés; Belletti (Gabri, m. 55), Rodri (Edmilson, m. 68), Puyol, Sylvinho; Van Bommel, Iniesta, Deco; Eto'o, Giuly (Maxi, m. 76) y Larsson.

Goles: 0-1. M. 17. Larsson aprovecha un pase en profundidad de Van Bommel. 1-1. M. 19. Antoñito, en el interior del área, controla y remacha un centro de Serrano. 2-1. M. 22. Serrano aprovecha un pase desde la medular. 2-2. M. 32. Eto'o remata un pase atrás de Giuly.

Árbitro: Rubinos Pérez. Expulsó por doble amonestación a Puyol (m. 92). Mostró tarjeta amarilla a Moratón, Serrano, Vitolo, Melo y Belletti.

Nuevo Sardinero. 20.670 espectadores.

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Pero los dos aciertos del equipo cántabro espabilaron al líder, hasta entonces demasiado expuesto en defensa y con la pelota cosida a los pies de sus defensas a la hora de enhebrar el juego. Mala señal para los azulgrana, rebajados por la escolta que Preciado situó sobre Deco e Iniesta. Sin sus dos faros -esposados por los cinco centrocampistas que enquistó el Racing por delante de sus cuatro defensas-, el Barça quedó desnaturalizado. Incapaz de dar vértigo al juego mediante una rápida circulación de la pelota, el equipo de Rijkaard no sólo se vio cegado en ataque: con el balón en las botas equivocadas cada error en el pase dejaba a la intemperie a Valdés. Y de paso alimentaba al Racing, que buscó desde el inicio el contragolpe. Por esa vía encontró los dos goles, desactivados por dos fallos de sus laterales. Pinillos no supo cerrar a Larsson antes de que el sueco anotara su décimo tanto en Liga, y Ayoze vio volar sobre su flequillo un pase en diagonal de Deco a Giuly que finalmente embocó Eto'o, que suma 23.

De tanto trajín inicial sacó mayor provecho el Barça. Asustado con tanta ida y vuelta, el Racing se refugió en su cueva y Vitolo perdió de vista a Deco, que cogió el hilo del choque y puso en marcha a los barcelonistas. Dos remates del propio Deco a punto estuvieron de retorcer de nuevo el resultado. Uno se estrelló en el poste izquierdo de Aouate; el otro pasó a un palmo de la escuadra santanderina. Con Deco se animó Iniesta y entre ambos lograron que el Barça templara el duelo. A ellos no se sumó Van Bommel, un centrocampista peculiar. Su posición de partida es el eje, pero él no rema con la pelota en los pies. Su vocación ofensiva le hace perder de vista el juego. Con el balón sólo quiere tratos dentro del área rival, por el que se descuelga con tanta frecuencia como los delanteros. Tiene etiqueta de centrocampista, alma de llegador y cuerpo de delantero, pero no siempre produce en alguna de las tres facetas, por más que ayer fuera decisivo en el primer tanto de la tarde, la única vez que aceptó participar en un rondo con sus colegas de línea.

Sosegado el partido y sin mucho que perder, llegado el segundo periodo el cuadro barcelonista apostó por las tablas. Rijkaard dio carrete a secundarios como Gabri y Maxi, y hasta Ten Cate, el ayudante del técnico holandés, sacó sus galones a pie de banquillo, con el primer entrenador siempre a cobijo ante la lluvia. Pese a no negociar la posesión de la pelota -una cuestión de principios en el Barcelona- el equipo catalán apenas tuvo pegada. Lo mismo que el Racing, que bastante tenía con mantenerse firme en la contención, lo que hizo con un empeño encomiable. Más que de sobra para un conjunto que sólo ha ganado tres partidos de Liga en el Sardinero, para un equipo que ha llegado a la recta final del curso con más angustias de las previstas hace unas semanas. Maquillado en el mercado de invierno, el Racing no ha logrado dar con la tecla adecuada. Volvió ayer a sus orígenes en el torneo y, de un plumazo, Preciado rescató a la tropa con la que arrancó el campeonato salvo Damiá, cedido por el Barça. Con ellos parece que se jugará las lentejas en lo que queda de campeonato. De momento, frente al Barça atrapó un punto de alivio. Una delicia a estas alturas, pese a que sus victorias ante el Real Madrid en el Bernabéu y frente al Valencia hace pocas semanas en Santander le permitían soñar con mayor botín. Pero este Barça, incluso en su versión B, hoy día está muy por encima del resto de jerarcas del fútbol español. Hace tiempo que el cuadro azulgrana dio por sellado el título. Su mira está en Milán. La del Racing, en Anoeta, donde dentro de una semana tendrá una cita de aúpa. Por eso ayer todos salieron contentos.

Vitolo intenta rematar ante la oposición de Deco.
Vitolo intenta rematar ante la oposición de Deco.EFE

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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