El planeta de los niños

- DE VISITA. La vicepresidenta del Gobierno se asienta en un esqueleto de marca, por más que le pese a Pacorro Umbral (quien manifestó que antes tendría un encuentro con Esperanza Aguirre, hasta ahí ha llegado el estrago del gusto por las viagras). Pero no es eso, aunque tampoco es lo otro. La vicepresidenta, y su innegable elegancia socialista, decide celebrar el Día de la Mujer Trabajadora (DMT) en las pobres tierras africanas, y allí se viste de otras ropas en compañía de otras mujeres socialistas, lo que un varón tan varonil como Zaplana aprovecha para hacer en sede parlamentaria una más de sus muchas gracias berlusconianas, como si por aquí no supiéramos de qué se disfraza el pollo, de dónde saca para tanto como destaca, quién le redacta las opiniones que no tiene y por qué confía todo su futuro en consolidarse como un personaje de tebeo. A su lado, para quien quiera estarlo, Pepe Gotera y Otilio brillan más que Florentino Pérez.

- DE VACACIONES. Bien está que nuestra ciudad disfrute de las incomparables fiestas falleras, en las que, por cierto, los niños lo tienen crudo para disfrutar, por problemas de estatura, salvo que se les reserven espacios específicos de disfrute. A ver quién es el valiente que se atreve a llevar a sus críos a una mascletà en la plaza mayor de nuestro pueblo. Siempre nos quedarán los jardines de Viveros, es cierto, salvo por la circunstancia de que ese jardín es casi totalmente ajeno a la misericordia de las zonas de sombra. Pero tampoco es eso. Si el calendario escolar decide que el día 14 de marzo se interrumpen las clases, que no se reanudarán hasta el día 21, no hay duda de que se trata de potenciar las múltiples aficiones falleras, no se sabe si de las cuidadoras o de las niñas y niños matriculados. Un engorro notable para niños, niñas, padres, madres, falleros, falleras y demás personas todavía no adscritas al plan valenciano de conciliación entre vidas familiares y prospectos profesionales.

- DE MODERNOS. Oscilando entre el morro y la desconsideración, la editorial Gedisa ha publicado un volumen de Jean-François Lyotartd sobre la posmodernidad explicada a los niños. Pobres. Ahí pueden leerse cosas como que "lo posmoderno sería aquello que defiende lo impresentable en lo moderno y en la presentación misma", dado que "la tecnociencia capitalista sobre los demás candidatos a la finalidad universal de la historia humana es otra manera de destruir el proyecto moderno", lo que ya aparece de algún modo en "la obra de Kafka, aunque también es lo que significa el propio principio de las axiomáticas en las formalizaciones científicas", sin olvidar que "toda realidad singular conspira contra la voluntad pura universal", contra "toda comunidad despótica, en sentido kantiano...". Y así 120 páginas. ¿Para niños de 6, de 12, de 18 o de 24 años? Para niños, en cualquier caso.

- DE PLATAFORMAS. Es que no falla. Y eso que ya le ocurrió a Jean-Paul Sartre hacia los años cincuenta. En cuanto un grupito de intelectuales y allegados que no pertenecen claramente a la izquierda se deciden a agruparse en un nuevo partido político, con la pretensión de resultar equidistantes en relación con los realmente existentes, terminan antes o después en manos de la derecha. No se trata de ninguna ley determinista ni de una descripción sociológica, sino de una simple constatación de sentido común. ¿Hay espacio político en Cataluña para una autodenominada Plataforma de Ciudadanos Catalanes? Sí, a condición de que no sean muchos (de lo contrario, el panorama de los partidos clásicos estaría desasistido, a la espera los ciudadanos de ese nuevo maná redentor), y de que ese espacio sea más bien de patio de colegio. De momento, Arcadi Espada ya escribe en el diario de Ramírez, adalid heroico, como es sabido, de los ciudadanos catalanes.

- DE ABDUCIDOS. Es muy posible que el grupo mediático habitual tenga cogido a Mariano Rajoy por donde más duele al varón, pues de otro modo no se entiende que el gracioso líder gallego se comporte a la manera rústica del pollo de Cartagena, a lo que hay que añadir la penetración de Pedro Yihad Jota en temas relacionados con la extorsión. Pero eso no es todo. Ni se sabe la cantidad de jueces o fiscales que habrán de pasar por el juzgado que entiende de los asuntos de Carlos Fabra antes de que ese personaje purgue como ciudadano lo que con tanta eficacia oculta como político, si es que al cabo lo hace, por más que la Audiencia de Castellón ordene nuevas diligencias sobre este escándalo y cite como testigos nada menos que a cuatro ex ministros populeros. ¿Indicios de delito? ¿Contra Carlos Fabra? A saber, aunque lo intuimos, por dónde tendrá pillados este sujeto a sus denunciadores y a los que diligencian las denuncias antes de borrarse del mapa en expectativa de destino.