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Reportaje:Fútbol | 28ª jornada de Liga

Ibagaza se sale con la suya

El mediapunta, considerado clave para el retorno a Europa, renueva con el Atlético por dos años

Ariel Ibagaza (Buenos Aires, 1976) renovó ayer su contrato con el Atlético por dos temporadas más otra condicionada a que juegue un número determinado de partidos. Ganará anualmente algo más de un millón de euros, lo que le sitúa en la banda salarial alta, la de Petrov, Kezman, Pablo, Perea o Maxi -Fernando Torres supera los cuatro-. Hace seis meses, el club no preveía ampliar el compromiso del mediapunta argentino. Los directivos estaban decepcionados. "No seguirá, aunque el fútbol es un deporte extraño y nunca se sabe", decían recordando que en tres cursos "nunca fue el que deslumbró en el Mallorca".

Sin embargo, desde que Pepe Murcia relevó a Carlos Bianchi en el banquillo, con el cambio de año, Ibagaza se ha convertido "en un futbolista imprescindible por su último pase" en el intento de alcanzar plaza para una competición europea, objetivo que se fortalecería puntuando esta noche ante el Villarreal. Cuando comenzó la campaña, no jugaba. A veces ni siquiera iba convocado. Estuvo lesionado de modo intermitente y sus relaciones con su compatriota no eran buenas. "Ibagaza es uno de los que menos aguanta a Bianchi", comentaba una fuente cuando el malestar contra el técnico se había convertido en un motín abierto. Cuestión de carácter. Y es que, por ejemplo, en el Lanús, donde comenzó, no se recuerda a Ibagaza con afecto. Además de por unos problemas económicos, Nicolás Russo, dirigente del club argentino, asegura que está dispuesto a hablar de cualquier futbolista, de cualquier tema, de cualquier asunto, menos... de Ibagaza. "Si hablo de él, no le iba a gustar lo que saldría por mi boca. No serían cosas buenas", dice, lacónico y serio, el directivo.

Por la lentitud mental de sus compañeros, Manzano le pidió que contase hasta dos antes de dar un pase

Tras el poco disimulado abandono de la plantilla a Bianchi, el club del Manzanares ha ganado siete de nueve encuentros y ha marcado más tantos, 20, en esos choques en los 18 precedentes, en los que salió a un tanto por partido. De hecho, el propio Kezman destacó como una de las claves del cambio de rendimiento, tras la marcha de Bianchi, la labor de Ibagaza. "No sólo es un mago para ver el desmarque, sino que también aporta una salida limpia de la pelota y equilibrio defensivo", dijo el impulsivo delantero serbio.

Pero que Ibagaza es el futbolista rojiblanco que mejor interpreta el juego no es una novedad. Hace tres campañas, Gregorio Manzano, entonces entrenador del Atlético, se quejaba en privado de las limitaciones técnicas de su plantilla. Tan poco confiaba el jiennense en la velocidad mental de sus pupilos que le pidió a Ibagaza que contase interiormente dos segundos después de haber imaginado un pase y antes de hacerlo. El Caño era demasiado veloz y nadie entendía sus desmarques. Con la mejoría general de los nombres propios del plantel rojiblanco, también se ha favorecido el juego del mediapunta. Ahora, además de Torres, hay más jugadores que pueden seguir el hilo de su pensamiento sin perderse en el trayecto.

El jugador, que en las últimas semanas y a través de su agente había presionado al club para negociar la ampliación de su contrato, se confesó "feliz" y se deseó "colgar las botas en el Atlético". El futbolista, que luego de tres semanas sin jugar de inicio, será hoy titular ante el Villarreal, reconoció que se sintió conmovido cuando saltó al césped en el segundo periodo del partido contra el Racing, el domingo pasado, y la grada coreó su nombre: "Es importante que la gente le quiera a uno y por ello creo que la renovación ha llegado en el momento oportuno".

Las cantidades que percibirá el mediapunta responden a un plan de la cúpula rojiblanca que pretende dividir a la plantilla en dos tablas salariales, al margen, claro está, del sueldo de Torres, mucho más alto que el de cualquier otro jugador. Un escalón, el de los notables, estaría en torno al millón y medio de euros. El otro, el de los Valera, Braulio o Molinero, no llegaría al medio millón.

Ibagaza.
Ibagaza.RICARDO GUTIÉRREZ

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