El gol del purasangre
En la memoria de los jugadores del Madrid se agitará la figura de Henry durante mucho tiempo como una pesadilla. El delantero del Arsenal emergió de la bruma del medio campo en carrera como un purasangre. Salió del círculo central y se fue hacia la portería de Casillas como el campeón del Derby de Kentucky. Galopaba sin montura y sin jinete. Iba con la pelota atada al pie y Álvaro Mejía, héroe paradójico del Bernabéu en la noche de ayer, le vio venir como se ven las cosas inefables. "Intentamos pararle a base de patadas pero salió y se llevó la pelota", dijo el canterano con tristeza.
"El problema", prosiguió Mejía; "fue que Henry ya se había girado. Nos encaró a todos en carrera y de frente. Primero lo cogió Ronaldo, que lo siguió y nos ayudó a desequilibrarlo. Ahí le entré yo pero me pasó por arriba. Luego le entró Guti. Guti fue a reventarlo. Pero lo aguantó. Es muy fuerte".
"Ellos tuvieron muchas ocasiones claras, muchos mano a mano en el área nuestra", recordó Mejía, apesadumbrado. "Pero no marcaron en una de esas. Y es una pena. Es una pena que nos hicieran ese gol en una jugada tan tonta... Porque lo único que hicieron fue plantarse bien atrás y conectar con Henry, que es lo que tiene. Es un grande de Europa".
El gol de Henry fue la única ocasión en que Mejía perdió su duelo. El central madridista se ganó el derecho a reclamar la titularidad en una noche que el Bernabéu preferirá olvidar. Mejía lamentó que la victoria fuese para el Arsenal: "Lo único que hicieron fue plantarse bien atrás y contragolpear".
Henry, el héroe de los gunners, celebró el éxito: "Hicimos un gran partido. Nuestros jugadores jóvenes estuvieron excelentes. Siempre supimos cuándo atacar y cuándo replegarnos".
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