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Reportaje:

Destituido por insumiso

Piterman despide a Oliva en el Alavés por no aceptar su alineación

Entrenamiento en Vitoria. El Alavés vive buenos tiempos porque con el nuevo técnico ha obtenido diez puntos de los quince disputados y ha salido del grupo del descenso. Piterman -dueño del equipo- y Oliva -el técnico- hablaron el lunes del partido de mañana en el Bernabéu. Piterman quiere que el Alavés juegue con tres delanteros, como a él le gusta (Aloisi, Bodipo y Nené), y Oliva cree que eso es una decisión suya y que la del dueño-presidente no es la más acertada. Nada más que hablar. Piterman reúne a sus chicos (a él le gusta hablar de sus "mercenarios") en el vestuario y les comunica que Oliva ha sido destituido. Ya por la tarde, Piterman explica que el técnico ha sido cesado por "insubordinación", un lenguaje militar que al empresario ucraniano-estadounidense le gusta sobremanera.

Oliva había perdido uno sólo de los cinco partidos disputados, contra el líder Barcelona, y con una imagen más que correcta. A cambio, había ganado dos veces en Mendizorroza (Real Sociedad y Málaga, algo que no se había producido en toda la primera vuelta) y había logrado ganar en Riazor al Deportivo y empatar en Getafe.

En circunstancias normales, la situación del entrenador sería la más cómoda del mundo. Contra el Málaga el público cambió las recriminaciones a Piterman por un éxtasis de felicidad cuando el equipo se puso 3-0. A Piterman no le cabía la saliva por la garganta porque se interiorizaba en el entorno alavesista que el factotum del cambio era Juan Carlos Oliva, un técnico reclutado inicialmente para el segundo equipo, que luego fue nombrado secretario técnico y finalmente entrenador cuando Piterman se cargó a su fiel Chuchi Cos por los malos resultados.

Oliva no empezó bien con Piterman. Tras el partido contra el Deportivo reclamó su autonomía como entrenador. "El entrenador Oliva no tiene autonomía ni plenos poderes, que nunca le fueron entregados por mí, porque quien tiene plenos poderes soy yo", respondió Piterman. Oliva calló, pero ayer no quiso aceptar la imposición de su presidente y capataz para la alineación en el Bernabéu y Piterman lo destituyó por "insubordinación".

"Aquí no hay autónomos y el entrenador no tiene libertad de expresión ni puede hacer lo que le da la gana", zanjó Piterman con su habitual discurso sobre el funcionamiento empresarial.

Tan rápido tomó la decisión Piterman que a la hora de comparecer ante la prensa no tenía decidido el sustituto en la cesión del carné de entrenadorpara que pueda sentarse en el banquillo del Bernabéu. Ni siquiera le preocupó a Piterman la reacción de la plantilla porque, dijo, "los jugadores son mercenarios y sólo se preocupan de ganar el dinero para ellos mismos y para sus familias por lo que no creo que esta decisión mía vaya a influir en la marcha del equipo".

Oliva es el tercer entrenador destituido por Piterman esta temporada. Primero fue Monfort, que cayó en la pretemporada porque "veía miedo en sus ojos" ante el debú contra el Barça. En la jornada 18 cayó Chuchi Cos, quien había dicho: "Piterman es mi vida".

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