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Quique, muy cerca de Benítez

El Valencia ya es el equipo menos goleado tras 12 partidos invicto en los que ha recibido cuatro tantos

Juan Morenilla

Recuperada la defensa de granito, el Valencia vuelve a reconocerse a sí mismo como el equipo compacto que ganó dos Ligas y una Copa de la UEFA en tres cursos con Rafa Benítez, entre 2002 y 2004, con unas señas de identidad muy definidas. No hay más que echar un vistazo a la hoja de servicios para recuperar las semejanzas. El equipo de Quique Flores, a seis puntos del Barcelona en la Liga y con la diferencia de goles a favor, encadena 30 de los últimos 36 puntos en juego: 12 partidos sin perder, con nueve victorias y tres empates; 19 goles a favor y sólo cuatro en contra. Desde el 5 de noviembre, hace más de tres meses, cuando cayó frente al Villarreal (1-0), nadie consigue tumbarle en la competición nacional. Y su mejora defensiva respecto al primer tercio de la Liga es clamorosa.

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El Valencia recibió 15 goles en los 11 primeros encuentros, cuando Quique cambió continuamente el equipo y los jugadores en busca de la fórmula adecuada. Ensamblado el mecano, sólo ha permitido cuatro tantos en los 12 choques siguientes: uno del Espanyol, uno del Athletic y dos del Zaragoza.

Más aún: de los ocho últimos rivales del Valencia en la Liga, únicamente el conjunto aragonés ha podido batirle. Los otros siete -Alavés, Mallorca, Atlético de Madrid, Osasuna, Betis, Deportivo y Barcelona- se han estrellado contra su portería. Curiosamente, la mejora del cerrojo coincide con la lesión de Ayala, baja desde el 17 de diciembre por un esguince de rodilla, y, sobre todo, con la irrupción del joven Albiol, de 20 años, en el centro de la zaga. Desde que el canterano arrebató la titularidad a Marchena, después de comenzar la Liga como lateral derecho y de jugar también como centrocampista, la defensa del Valencia ha ganado en solidez de manera considerable. Los técnicos destacan la capacidad de anticipación de Albiol, el más rápido del equipo en las pruebas de velocidad en 15 y 30 metros, y su dominio de los automatismos defensivos exigidos por Quique, que ya lo dirigió en el Getafe el curso anterior.

Cañizares, de 36 años, es ya el portero menos goleado de Primera. El Valencia ha recibido 19 goles (0,82 por partido), por los 20 del Barça y los 21 del Sevilla. Como en las Ligas ganadas en 2002 y 2004, cuando el portero sumó respectivamente su tercer y su cuarto trofeo Zamora al menos batido. Después de un inicio de Liga titubeante, en el que recordó su mal final del campeonato pasado, cuando perdió la titularidad en beneficio de Palop, el meta ha puesto el candado: voló en dos paradas a bocajarro contra Osasuna, paró dos veces el mismo penalti al Deportivo en Riazor y el domingo frenó estirando la pierna como un portero de balonmano un disparo de Larsson en Mestalla.

Por delante de la defensa, Albelda ha recobrado el empuje que le caracterizó hace dos años, a veces fuera de la ley. El capitán ha igualado en dos tercios de Liga el número de tarjetas vistas en todo un campeonato, 12 amarillas y una roja en Montjuïc. Albelda se ha perdido tres encuentros, los tres por sanción.

El equipo todavía no presume del hermetismo exagerado de la época de Benítez, que, a estas alturas, había recibido tres dianas menos en el campeonato de 2004 y una menos en el anterior, pero, a cambio, ha encontrado en Villa un arma letal en la delantera: suyos son el 44% de los tantos del equipo. Después de perder sólo tres partidos, el mismo número que el Barcelona y dos menos que el Zaragoza, el club piensa ya en la renovación del contrato de Quique Flores, que firmó por una temporada con opción a una más si clasificaba al equipo para la Liga de Campeones.

El presidente, Juan Soler, está embelesado con el trabajo de Quique. No tanto con el del director deportivo, Javier Subirats, que ha acertado de pleno en los fichajes de Villa y Miguel. Soler le recrimina, entre otras cosas, que apostara por un jefe de los servicios médicos, Rafael Llombart, que dio el visto bueno al fichaje de Kluivert pese a sus muchos problemas en las rodillas. Llombart fue despedido hace un mes.

Villa y Albelda se abrazan tras el tanto del primero al Barça mientras Angulo corre hacia ellos.
Villa y Albelda se abrazan tras el tanto del primero al Barça mientras Angulo corre hacia ellos.REUTERS

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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