Estudiantes de Bellas Artes de la UEM exponen sus obras en la Casa de Velázquez
Los alumnos de la asignatura de Instalaciones participan con sus obras en la jornada de puertas abiertas de esta institución dedicada al apoyo de artistas
Minas antipersona de chocolate, osos de peluche que organizan un botellón, una hamaca llena de chips electrónicos y una espiral de alambre donde cualquiera se quedaría atrapado. Son algunas de las instalaciones que han ideado los alumnos de la Universidad Europea de Madrid (UEM) que participan en la jornada de puertas abiertas de la Casa Velázquez [Calle de Paul Guinard, 3. Ciudad Universitaria], el próximo domingo 12 de enero entre las 16 y las 19 horas.
Con motivo de la celebración de la Feria Internacional de Arte Contemporáneo ARCO?06, la Casa de Velázquez, institución dedicada a fomentar intercambios científicos y artísticos entre Francia y España, abre de nuevo sus puertas para mostrar las obras de los artistas, españoles y franceses, que tiene becados.
En paralelo, un año más, la UEM participa en esta jornada con las instalaciones de nueve de sus alumnos, que exponen sus proyectos de fin de curso en el jardín de Casa de Velázquez.
Estas nueve obras constituyen el examen final de los estudiantes de la asignatura Nuevas Artes Espaciales: Instalaciones, que pertenece al último curso de la licenciatura de Bellas Artes del la UEM. Con esta materia, los alumnos se adentran en las claves de una de las manifestaciones con más presencia en el arte contemporáneo, la instalación artística.
La inserción de Nuevas Artes Espaciales: Instalaciones en el plan de estudios de Bellas Artes de la UEM responde a la filosofía de enseñanza que se han marcado sus responsables: formar a sus alumnos para que puedan responder a las nuevas necesidades y a los nuevos caminos de la creación artística actual.
PROYECTOS
MINAS ANTIPERSONA
Rocío Esteller reflexiona en su instalación sobre las minas antipersona.
Parte de un dato: España es uno de sus principales fabricantes y, al tiempo, uno de los Estados que más dinero destina en su desactivación. Y no es poco. Destruir uno de estos instrumentos cuesta unos 718 euros, mientras que su colocación apenas alcanza los 1,80 euros, el precio de una cajita de golosinas.
La instalación de esta artista se compone de una serie de cajitas de cartón, típicas de los cumpleaños infantiles. Dentro, en vez de caramelos, Esteller ha colocado minas antipersona de chocolate que el visitante puede comer.
Con ello, esta estudiante pretende que el espectador interactúe con la obra y se haga preguntas sobre las estrategias comerciales que rodean a las minas antipersona, una realidad que, según Esteller, provoca 26.000 víctimas al año.
BOTELLÓN
Andrés Hernández firma Botellón, una instalación sobre la obligación de ser adultos.
El artista busca la razón que dio origen al fenómeno del botellón y la encuentra en la sobrecarga de actividades, escolares y extraescolares, a las que se ven sometidos los adolescentes. El botellón surge así como vía de escape a la presión, pero también como consecuencia de ella. Y es que tanta ocupación, señala el artista, acaba confundiendo a los jóvenes, que se ven abocados a una madurez temprana que les lleva a imitar a sus mayores en otros aspectos de la vida, como beber alcohol o fumar.
Para plasmar su teoría, Hernández ha organizado una fiesta para ositos de peluche. Estos muñecos, símbolo de la infancia, visten como adolescentes (con tatuajes y piercings) y realizan conductas de adultos. Un botellón en el jardín de la Casa de Velázquez.
ESPIRAL EN CRECIMIENTO
Ana Carnerero centra su instalación en los asaltos masivos de las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla para hablar de la otra de cara de la moneda: los inmigrantes.
La artista recuerda que a finales de septiembre de 2005 cientos de subsaharianos intentaron saltar las vallas fronterizas de Ceuta y Melilla. Como solución, se hizo un despliegue masivo de soldados del ejército español y una segunda valla con el doble de altura de la anterior. No contentos con esto se colocó un tercer obstáculo, la denominada "sirga tridimensional."
Carnerero plantea en su obra un nuevo concepto de alambrada: la Espiral en Crecimiento.
¿DESCANSAMOS?
La instalación de Natalia Martínez es una hamaca construida con cables, chips y aparatos electrónicos.
La sociedad de la comunicación nos sirve el mundo en bandeja con un simple golpe del ordenador. Nos facilita la vida, pero también nos hace caer en sus redes. Por eso, surge la pregunta ¿descansamos?
SILENCIO ROTO
Jaime Aguilar se adentra en la propia historia del Palacio de Velázquez, un lugar que fue bombardeado en la Guerra Civil, y que ahora sirve de residencia tranquila y discreta para un grupo de artistas que trabajan becados por un año en sus instalaciones.
Durante el invierno, la actividad se centra en el interior del palacete, lo que deja sus grandes jardines desiertos. También su piscina, donde Aguilar ha diseñado una instalación sonora que recrea los sonidos que se generan en torno a estos lugares durante el verano. El ruido de toallas, chapuzones y crema solar se ve interrumpido con el estruendo de un bombardeo, al que le sigue el silencio.
Esta secuencia se reproduce de manera cíclica. Y es que, según su autor, por muchas guerras que haya las sonrisas volverán siempre que se les deje un espacio.
OUTLET
Una serie de tumbas viejas, pobres, olvidadas. No hay nombres en las lápidas de madera, tan sólo una fecha tallada. Estas fechas representan los días del año en los que lo importante es adquirir cosas, comprar.
Esta es la instalación de Maribel Monzón.
NATURALEZA, NO NATURALEZA
Jeanette Fernández revisa en su obra la naturaleza en su dimensión espacial y temporal. Un bosque simulado en una zona desolada de la Casa de Velázquez. Un conjunto de árboles simétrico y artificial rodeados de hojas secas que simbolizan el pasado, el presente y el posible futuro del Medio Ambiente.
ALTERNATIVE TAKE
Purpurina plateada esparcida formando un círculo, bombillas de sesenta vatios iluminando su centro y amigos poniéndoles música a un domingo por la tarde. Antonio Menchen organiza con su instalación una fiesta paralela a la propia inauguración de las jornadas de puertas abiertas de la Casa de Velázquez y, de paso, arroja luz sobre lo supuestamente nocturno para crear una vía diferente para interactuar en los estrenos. Y es que, para el artista, lo importante es que siempre existan alternativas.
558 ESCALONES
Santiago Rodríguez homenajea con su obra a todos los artistas becados por la Casa de Velázquez. Desde su inauguración, en 1928, esta institución ha apoyado la carrera de 605 creadores.
La instalación de Rodríguez se sitúa en la escalera principal del edificio. En sus 588 escalones, el artista ha instalado espejos con los nombres de todos los creadores que han pasado por esta institución.
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