El Madrid recupera a Ronaldo y pierde a Pablo García para ir a Vila-Real

El Madrid tiene un nuevo credo. La solidaridad entre sus jugadores, el esfuerzo y la labor de conjunto son sus nuevos mandamientos. Las líneas maestras marcadas por Juan Ramón López Caro, el entrenador confirmado por la directiva hasta final de temporada. En la receta del técnico no hay sitio para las individualides. Es el momento de ensalzar al equipo por encima de sus estrellas, la ocasión de destacar la "fenomenal actitud" de la plantilla y no la llegada de Cicinho y Cassano, los refuerzos invernales. López Caro, ex entrenador del filial, conoce los dobleces del club y del vestuario. Quizá por eso dice que está "encantado" con su plantilla, abandonada al estado físico de Ronaldo, su único delantero puro, y a los malabarismos que hagan posible la convivencia de seis mediapuntas (Baptista, Robinho, Raúl, Zidane, Cassano y Guti). Quizá por eso ayer respiró aliviado cuando supo que Ronaldo, recuperado de una microrotura en el gemelo de la pierna derecha, podrá jugar mañana contra el Villarreal. Y quizá por eso, convertido en garante del equilibrio del vestuario, en defensor de la fuerza del conjunto y de la estabilidad del equipo, mandó un mensaje claro: "La posición de Cassano se verá más adelante. Tengo que buscar la mejor solución para el jugador, pero por encima está el equipo. Hay una gran competencia y él tendrá que demostrar que mejora a los que están jugando".

Volcado como está en convertir a su equipo en un "Madrid imparable", López Caro se enfrenta a varias decisiones de calado para el partido contra el Villarreal. Primera: sustituir a Pablo García, que ayer sufrió una contractura en el recto anterior de su pierna izquierda. Gravesen y Helguera se disputan el puesto. Segunda: mantener el equipo que "hizo un muy buen partido" ante el Athletic en Copa, o dar entrada en el once a Roberto Carlos, por Raúl Bravo, y Zidane. Tercera: hacer debutar a Cicinho, lateral derecho, como interior, en sustitución de Beckham, sancionado. La cuarta duda del entrenador, qué hacer con Cassano, ha sido resuelta por el propio jugador: su baja forma y su sobrepeso (debe adelgazar cuatro kilos) han desaconsejado que viaje a Vila-Real.

"Lo único que sé de Cassano son los test que le estamos haciendo", admitió López Caro. "Viene con un problema importante de una rotura fibrilar y está con un plan para ponerle en condiciones óptimas", continuó el técnico tras dirigir bajo la lluvia y a gritos el entrenamiento, a puerta cerrada. Cassano, por lo tanto, no parece la pieza maestra del Madrid que quiere construir López Caro. Tampoco Guti, que quedó avisado: "Si está teniendo más confianza es porque está haciendo un buen trabajo. El día que lo deje de hacer se irá fuera". Sorpresa: para López Caro, lo importante es el conjunto. "El empujón para que el equipo mejore nos lo dará el colectivo. Ellos tienen que entrar en la dinámica del equipo. Las miras deben ser desde la unidad y los valores colectivos. Pero los síntomas nos dan confianza. El equipo va creciendo enormemente en el ritmo físico y, sobre todo, en la mentalidad".