Brasil, en el camino de España
La Copa del Mundo, del 9 de junio al 9 de julio en Alemania, centra la temporada futbolística
Vuelve la Copa del Mundo a un escenario conocido, Alemania, después de su paso por Corea del Sur y Japón. El torneo no funcionó futbolísticamente en Asia. Sobre todo, porque el culto al individuo se impuso al juego de las selecciones y, puestos a simplificar, no hay equipo que tenga mejores jugadores que Brasil ni personaje que dé más que hablar que el árbitro. Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho fueron más determinantes que Beckham, Totti o Kahn, de la misma manera que la actuación del colegiado egipcio Al Gandur se utilizó para justificar la eliminación de España ante Corea del Sur cuando la competición alcanzó el muro de los cuartos de final.
La vieja Europa quedó entonces malparada y ahora agradece que la competición recupere el diálogo de toda la vida con América. El factor campo es determinante: el campeón acostumbra a ser un representante del continente en el que se disputa la fase final. Únicamente a Brasil, ganador en Suecia 1958, le está reservado el cartel de favorito con independencia del escenario. Le avalan cinco trofeos, la condición de ser el único equipo que ha revalidado el título (1958 y 1962), junto con Italia (1934 y 1938), y que ha participado en todas las ediciones y, claro, la profundidad de su plantel.
El plan de Luis pasa por que los volantes recobren el protagonismo estéril dado a los extremos
Brasil es una selección exuberante por su técnica y también por su físico, circunstancia que reafirma su capacidad de adaptación a las leyes del fútbol sin renunciar a su origen. Ningún jugador representa mejor los nuevos tiempos que el barcelonista Ronaldinho, al que la torcida ha elegido como cabecilla de su equipo. La grandeza de Brasil es tal que desde hace un tiempo se cruzan apuestas para saber la selección que será capaz de tirarla y entre las candidatas figura España más que nada porque el sorteo ha deparado un posible cruce en los cuartos el 1 de julio en Francfort.
Acostumbrada a vencerse cuando parte con ventaja, a España le puede venir bien un enfrentamiento épico con la máxima candidata a la corona tras medirse con rivales asequibles como Ucrania, Túnez y Arabia. Aunque no son un clásico, los duelos entre Brasil y España resultan frecuentes (1934, 1950, 1962, 1978 y 1986). A expensas de la recuperación de Raúl y Xavi, Luis Aragonés parece en vías de dar con un plan solvente que pasaría por que los volantes recuperasen el protagonismo estéril que se le ha dado a los extremos en una reconversión parecida a la experimentada por el Barça.
Aunque a los españoles les cuesta siempre el tránsito de la Liga (acaba el 14 de mayo) al Mundial (del 9 de junio al 9 de julio), ya sea por defecto o por exceso, las emociones que les aguardan en Alemania animan a pensar en grande.
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