"El turismo lo hago con mis hijos"
Veinticinco años han pasado desde que Carlos Sainz (Madrid, 1962), entonces con 16 -edad en la que fue campeón de España de squash-, participara al volante de un Renault 5 TS en su primera carrera: el rally de Shalymar (Madrid). Ahora, ya con dos títulos mundiales de rallies y aún con el récord absoluto de victorias (26) en pruebas del Mundial a cuestas, Sainz asume el papel de novato en lo que se presume como su último reto: el Rally Lisboa-Dakar, la carrera más dura del mundo por etapas.
Pregunta. Hay quien afirma que para realizar un buen Dakar es imprescindible entender el desierto. ¿Qué sabe Carlos Sainz del desierto?
Respuesta. Muy poco, porque nunca he corrido en África, para qué nos vamos a engañar.
"El Dakar es una carrera más: todo se reduce a conducir un coche. Pero conozco poco el desierto y sentiré inquietud en las primeras dunas"
"Mitsubishi y Volkswagen están por encima del resto. Lo demás es ir de vacaciones. Yo voy para terminar lo más arriba posible"
P. ¿Siente nervios ante el reto que se le avecina?
R. A estas alturas de la película, con cientos de carreras disputadas, ya no me pongo nervioso se trate del Dakar o de lo que sea. Al fin y al cabo es una carrera, y todo se reduce a conducir un coche.
P. ¿Qué sensación cree que tendrá cuando vaya a abordar la primera zona de dunas?
R. Algo de inquietud, seguro. He entrenado muy poco en ese tipo de terreno y debe imponer. A lo largo de los días espero ir aprendiendo, y espero que la experiencia de cada jornada me sirva para la siguiente.
P. ¿Se ha marcado algún objetivo para esta primera participación en la prueba por etapas más dura del mundo?
R. El objetivo lo tengo muy claro ahora: terminar y hacerlo lo más arriba posible. El problema es que, en una carrera como ésta, los objetivos van cambiando en función de las situaciones por las que transcurres. Este año quiero probar y, el que viene, ya veremos si vuelvo.
P. ¿Qué le decidió por el equipo Volkswagen?
R. Hay dos equipos, Mitsubishi y Volkswagen, que están por encima del resto. En Volkswagen me dieron la oportunidad de correr con ellos a pesar de tener ya cerrados los equipos. Una carrera como ésta la debes afrontar en uno de los mejores equipos. Lo demás es ir a hacer turismo, y yo no voy a eso. Yo el turismo lo hago con mis hijos.
P. En su equipo ya se han preocupado de sentarle al lado de alguien que conoce muy bien el desierto.
R. Es una garantía tener a Andy [Schulz] como copiloto. Mi completa falta de experiencia se debe ver compensada con la infinidad de kilómetros que ha hecho él en África. Ha participado en el Dakar en múltiples ocasiones, y se ha proclamado campeón dos veces.
P. Él es alemán y usted español. ¿Supone ello algún problema?
R. Como es lógico, me canta las notas en inglés. En el prólogo de Portugal, antes de una curva, el hombre debía ir un poco apurado y me cantó el viraje en alemán. No sé si me dijo right fumf o algo así. Por el nombre pensé que debía ser una curva muy mala. Luego hicimos el mejor tiempo sin problemas.
P. En su experiencia en el Mundial de rallies, usted acostumbraba a salir siempre al máximo en todos los tramos. ¿Qué estrategia seguirá en esta prueba tan larga?
R. Voy a tener que cambiar el chip. Un rally de 16 días con infinidad de terrenos distintos no lo puedes hacer al sprint. Sería un suicidio. Mi mentalización debe ser la de correr donde crea que puedo hacerlo y levantar el pie donde crea que debo aflojar. A partir de ahí, la carrera vendrá dada por las circunstancias que se vayan produciendo.
P. Usted es un reconocido especialista en la puesta a punto de las suspensiones de los coches. ¿El Volkswagen Touareg que participará en el Dakar es muy distinto al que le dejaron el primer día?
R. De entrada, la marca de los amortiguadores ha cambiado, y consecuentemente los nuevos llevan otro tipo de muelles y de reglajes. Son radicalmente distintos a los del año pasado. Lo que ahora precisamos es que el coche se comporte bien y que no tengamos excesivos problemas mecánicos. Aunque un Dakar sin problemas sólo se puede concebir en sueños. En el Dakar todo el mundo tiene problemas.
P. Las dos etapas que se disputarán en Portugal transcurren por pistas muy rápidas que pueden beneficiarle por su dilatada experiencia en los rallies. ¿Se ve favorito para abandonar Europa en posiciones delanteras?
R. La experiencia me dice que lo que a priori debe beneficiarle a uno puede que se le atragante a la postre, y donde debería ir peor luego resulta que es donde más ligero va. Entiendo que esto pueda parecer así, pero estoy abierto a cualquier tipo de situaciones.
P. ¿Se ha preparado psicológicamente de manera especial para la prueba?
R. Psicológicamente suelo estar bastante bien y nunca me ha hecho falta ningún tipo de preparación especial. Tampoco creo que la necesite para el Dakar.
P. ¿Y físicamente?
R. Sí, básicamente con más volumen de ejercicios. En los últimos meses he realizado mucho trabajo aeróbico para soportar esos días tan largos y para recuperarme lo más rápidamente posible. A nivel de fuerza he completado una serie de tablas para conseguir una musculatura adecuada para soportar el esfuerzo.
P. ¿Ha dormido alguna vez en una tienda de campaña?
R. Sí, pero creo que lo dejé cuando tenía doce o trece años.
P. ¿Ha visualizado su llegada al Lago Rosa de Dakar?
R. Sí, varias veces.
P. ¿Y cómo se lo imagina?
R. Muy cansado, pero con una sonrisa inmensa.
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