_
_
_
_
Reportaje:

Como príncipes en palacio

La Muestra Infantil de Málaga programa tres semanas de juegos y actividades para niños de cuatro a 12 años

Como un príncipe colmado de atenciones. Así se sentía el pasado martes por la tarde Kike Medina, un inquieto chaval de cinco años al que los ojos se le salían de las órbitas ante tanto cacharro por tocar y tanto juego por disfrutar. A Kike aún no le había dado tiempo de calmarse. Apenas si llevaba media hora en la Muestra Infantil de Málaga (Mima) que, hasta el próximo 4 de enero, se celebra en el Palacio de Ferias y Congresos (de 11.00 a 22.00, salvo el día 1 de enero). Esta iniciativa municipal, patrocinada por segundo año consecutivo por Unicaja, oferta más de 40 actividades para niños de entre cuatro y 12 años, aunque también los más pequeños tienen su espacio.

De la mano de María, su madre, Kike no perdía detalle de cada una de las cosas que sus ojos iban descubriendo. Al rato, la mano de mamá ya sobraba. Kike se detuvo ante una de las atracciones que más impacto causa entre los pequeños: el jumping. Y es que, surcar los aires cual supermán, atado tan sólo con un arnés, está en la mente de todo niño.

Más información
Más de 45.000 visitas en su primera edición

Tras un pequeño berrinche, Kike entró en razón y aceptó ser demasiado pequeño para tal empresa. Su madre lo convenció poniéndole delante un anzuelo ajustado a su edad: un castillo hinchable donde quemar energías. A María, madre soltera, esta iniciativa municipal no le pilla de nuevas. El año pasado ya trajo a Kike al Mima las tardes que se lo permitió su trabajo como dependienta en unos grandes almacenes. "Ahora, en Navidad, tengo mucho trabajo, pero mis padres y hermanos se turnan para cuidar a Kike", indica sin quitar ojo a los saltos de su hijo. "Me parece una buena iniciativa, ya que tantos días sin colegio...", añade.

Por seis euros, los niños pueden disfrutar de todas las atracciones y actividades que oferta la muestra. Una de las casetas que más atención despierta es la dedicada a los disfraces. Una cola de niños impacientes tiene algo agobiada a Arancha, la monitora que se encarga de maquillarlos de monstruos. "Vienen en tromba y es muy difícil controlarlos, porque en cuanto se juntan varios revoltosos esto se hace imposible", cuenta mientras ultima las heridas de la cara con los que la pequeña María quiere asustar a sus abuelos al llegar a casa.

Para los más deportistas, Mima ha preparado todo un despliegue de medios. Partidos de baloncesto, tirolina, gincana de competición y hasta un rocódromo se distribuyen en los 10.000 metros cuadrados que ocupa la muestra. "Lo mejor es el futbolín", cuenta con la respiración entrecortada Alejandro, que a sus nueve años acaba de ser sustituido del partido que una docena de chavales disputa en un futbolín humano. "Se hacen los sordos cuando les dices que tienen que dejar su puesto a otro", indica el monitor.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_