Farmacias

Ahora que desde la Consejería de Salud parece acometerse la recta final para la aprobación de la Ley de Ordenación Farmacéutica de Andalucía(LOF), querría dar traslado de las siguientes reflexiones y opiniones.

Un dogma dentro de los círculos de la administración y encargados de política farmacéutica cree que con el actual modelo de ordenación se mantiene el mayor nivel de asistencia (Atención Farmacéutica) a los ciudadanos y se fomenta el ahorro. Se ha demostrado que ni se resiente la atención, ni aumentaría la factura en medicamentos si hubiese menos barreras de entrada en el establecimiento de nuevas oficinas de farmacia, como sucede, por ejemplo, en Navarra, o en el mundo anglosajón. Puesto que existe libertad de horario de atención al público; si además existe posibilidad de abrir despacho profesional para ejercer seguimiento farmacoterapéutico (recientemente se ha abierto uno en Sevilla); si existe libertad para constituir centrales de compra y si, finalmente, es posible constituir libremente nuevas empresas de distribución de medicamentos..., por qué no permitir a cualquier farmacéutico que lo desee abrir una oficina de farmacia donde considere que los ciudadanos pudieran necesitarla. Qué razón puede argüirse salvo los consabidos del "modelo mediterráneo" que perpetua el privilegio de unos pocos, no la racionalización en el consumo de medicamentos como se afirma.

Resultaría una mejora, sin duda, si la nueva LOF regulase eficazmente los traspasos de oficinas de farmacia, como establecimientos sanitarios públicos que son. Un ejemplo, en el País Vasco, donde tanto la Hacienda Foral como el Departamento de Sanidad velan por la transparencia de las transmisiones sin intervencionismo, no establecen límites monetarios ni de otro tipo, únicamente actúan de garantes de todo el proceso y el criterio económico se valora tanto como la cualificación profesional a la hora de autorizar al compra-venta de las farmacias cuando existe más de un interesado.

Por último, se hace urgente solicitar "tolerancia cero" para la ausencia del farmacéutico en los actos de dispensación, formulación, consultas, seguimiento farmacoterapéutico... Ningún otro profesional sanitario cae de manera sistemática en esta mala práctica profesional; por tanto, es preciso una LOF firme, unos servicios de inspección rigurosos y una clara concienciación ciudadana de rechazo que haga desaparecer esta lacra tan habitual en Andalucía. En todo momento y lugar, incluso en aldeas remotas, cuando acudas a una oficina de farmacia de otras comunidades autónomas habrá un licenciado que te atenderá directamente o estará trabajando junto al auxiliar de farmacia supervisando.