Doctor Muñoz Sanz: "El sida se combate educando para la salud"

Agustín Muñoz Sanz dirige la Unidad de Patologías Infecciosas, formada por 3 médicos y con sede en el Hospital Infanta Cristina en Badajoz. La investigación y la asistencia sanitaria las compatibiliza con la función docente en la Licenciatura en Medicina y la participación en el programa MIR.

Muñoz Sanz es una de las voces autorizadas a la hora de hablar del sida, de hecho, el próximo 13 de diciembre se sentará junto a otros prestigiosos especialistas y la Ministra de Sanidad en un acto organizado por la Secretaría del Plan Nacional sobre la enfermedad.

Pregunta: Recientemente, Naciones Unidas ha publicado el Informe anual ONUSIDA sobre la enfermedad. En este estudio, destaca el aumento de los casos en los países del Este de Europa.

Respuesta: En Europa del Este, como consecuencia de su reciente apertura política hacia Occidente irrumpieron dos fenómenos sociales hasta el momento desconocidos, como eran la drogadicción y la prostitución no perseguida. Estos dos problemas han constituido las vías más destacadas para el creciente contagio del VIH entre la población de estos países, durante unos años caracterizados además por la mala situación económica y la escasez de información orientada a la prevención y el tratamiento de la enfermedad. Esta tendencia al alza en los países del Este, la podemos constatar ahora de primera mano los españoles, puesto que del total de nuevos casos detectados en el territorio nacional, el 16% corresponde a inmigrantes de todas las partes del mundo. Esta circunstancia es la que nos obliga a abordar el sida de manera global y huir de simplificaciones territoriales o geográficas.

P: El sida, desde su entrada en escena, aparece rodeado de estereotipos que asociaban la enfermedad a determinados colectivos. ¿Nos hemos desprendido ya de ellos?

R: Este es otro error que se ha mantenido a lo largo del tiempo. La infección por VIH es desde su origen una enfermedad de transmisión sexual como la sífilis o la gonorrea. Lo que ha ocurrido, es que en la biografía del Virus se cruza en los años 80 un factor clave: la utilización de la jeringuilla compartida por los toxicómanos. Principalmente en España, Italia, Francia o Portugal, el virus encuentra una extraordinaria forma de propagación gracias a este hábito. La mayor parte de los pacientes de entonces, en torno a un 80%, eran drogadictos.

Con el paso del tiempo, y teniendo en cuenta que esa generación ha fallecido, el sida ha vuelto a su escenario epidemiológico original, hasta el punto de que en Europa estamos recogiendo progresivamente más casos de heterosexuales contagiados y menos de homosexuales. La previsión es que dentro de pocos años afectará por igual a hombres y mujeres.

P: ¿Cuál es el nivel de la asistencia a enfermos de sida en Extremadura?

R: La misma que en cualquier hospital de Occidente. Nuestros enfermos se aprovechan de recursos diagnósticos y terapéuticos similares a los de los mejores centros sanitarios. Habrá aspectos concretos de la enfermedad que debamos mejorar, pero en esta patología la Región no se sitúa precisamente en furgón de cola.

P: ¿Qué papel juegan los familiares de los infectados por el sida?

R: Fundamental. La mayor parte de los familiares colabora activamente en el tratamiento y cuidado del enfermo, el cual sufre una infección que conlleva numerosos momentos de angustia y baja autoestima. Sin embargo, hay pacientes que incluso ocultan la infección del VIH a su familia o médico de cabecera. Y esto es un juego peligroso porque estas personas sufren mucho más que con cualquier otra enfermedad. Sienten vergüenza por padecersida, por la forma que lo han adquirido o por la posibilidad de ser discriminados en el entorno laboral y social. Lógicamente, en estos casos la familia no colabora porque ignora el problema.

P: La región, en lo que respecta a sus recursos, qué debe mejorar.

R: En el Hospital Infanta Cristina desarrollamos investigación clínica aunque la investigación básica centrada en VIH es bastante deficiente dentro de Extremadura. Lo interesante sería articular propuestas que contarán con la aportación de especialistas en Biología, Epidemiología o Sociología; y no sólo de médicos como sucede en la actualidad.

Lo que sí me gustaría destacar es que la Unidad siempre ha intentado ofrecer a los enfermos los últimos avances en medicamentos y en este sentido nos podemos congratular de que los afectados por el SIDA han recibido la misma medicación, antes de comercializarse, que en los hospitales punteros de Europa.

P: ¿Cuáles son las claves que van a marcar los próximos años de la enfermedad?

R: Desde el punto de vista médico, los nuevos medicamentos están causando efectos adversos muy importantes en los pacientes. Se están produciendo fenómenos absolutamente novedosos en la historia de la enfermedad y los expertos tenemos que tener claro que el objetivo prioritario debe ser la búsqueda de pautas todavía más potentes, más cómodas y con menos efectos adversos para los que sufren el SIDA. También habría que abaratar los fármacos, que siguen siendo caros, y abordar el desarrollo de genéricos con vistas en el Tercer mundo.

Asimismo, en el ámbito social hay que generar una "educación para la salud". La familia, el colegio y los medios de comunicación tienen que hacer un esfuerzo en esta línea, ya que el significado auténtico de la palabra prevención se ha banalizado.