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Debate en Reino Unido sobre el retraso de la jubilación a los 68 años

La propuesta para retrasar la edad de jubilación progresivamente hasta alcanzar los 68 años de edad para el retiro en 2050 ha abierto un intenso debate en Reino Unido. Las empresas británicas rechazaron ayer la creación de fondos de pensiones privados con aportaciones obligatorias de empresas y empleados, aunque aplaudieron otros aspectos de la propuesta de reforma. Después de tres años de trabajos, un grupo de expertos liderados por Adair Turner presentó ayer sus conclusiones, que en sus líneas maestras se habían filtrado la semana pasada a la prensa. El Gobierno, que parece dividido, acogió las propuestas con cautela y como una primera aportación al debate, más que como una serie de recomendaciones de obligado acatamiento.

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Las conclusiones de lord Turner ratifican el criterio general de que los sistemas de pensiones británicos se han de basar en fondos privados, aunque pide al mismo tiempo que se aumente la cuantía de las pensiones públicas. Las propuestas más polémicas son la postergación de la jubilación, la indiciación de las pensiones públicas con la evolución de los salarios y la constitución obligatoria de fondos privados. Esas tres propuestas fueron criticadas, respectivamente, por los sindicatos, el Tesoro y las asociaciones de empresarios.

Debido a la creciente longevidad de la población, los expertos estiman que la edad de jubilación debería retrasarse de manera gradual hasta los 66 años en 2030, los 67 en 2040 y, dependiendo de la evolución de la esperanza de vida, hasta los 68 años en 2050. En compensación a ese esfuerzo, las pensiones públicas deberían depender de la residencia, no de las cotizaciones, y evolucionar de acuerdo con el crecimiento de los ingresos y sin vinculación a la inflación. Si los sindicatos se oponen a retrasar la edad de jubilación, el ministro del Tesoro, Gordon Brown, considera que el Estado no está en condiciones de costear un aumento de las pensiones públicas.

Pero la parte del león de las pensiones no va a depender en el futuro del Estado, sino de sus planes de pensiones privados. Turner busca incentivos para fomentar el ahorro. Su propuestaconsiste en la implantación de un sistema obligatorio de fondos de pensiones privados en las empresas en las que no se hayan constituido.

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