"Forcé y salió mal"

Ronaldo es como los grandes actores. Está acostumbrado a ser el centro de atención. Vive rodeado de focos, cámaras y preguntas. Y nunca quiere perderse una gran función: "Para jugar contra el Barcelona forcé al máximo, está claro", admitió ayer el delantero, algo que confirmó después el presidente, Florentino Pérez, en la Cadena Ser, haciéndolo extensivo a otros jugadores [Zidane, Helguera y Baptista]. El presidente calificó su actitud de encomiable por ayudar al equipo, pero reconoció que no debían haber jugado.

"Era un partido importante, pero las cosas salieron mal", añadió el brasileño. Tras cuatro partidos de Liga apartado del equipo por una artritis en su tobillo izquierdo, reapareció, falto de ritmo, y recayó de su lesión. El resultado: se ha perdido otros dos partidos, frente al Lyón en la Liga de Campeones y ante la Real en la Liga. Aunque ha mejorado, con ejercicios de potenciación en la piscina y tratado por los fisioterapeutas, su presencia ante el Getafe, el sábado, aún no es segura. "Me siento bastante bien y sin dolor. Tengo muchas ganas de volver y ser el hombre gol que necesita el equipo ante el Getafe", afirmó en un acto al ser premiado por la Cámara de Comercio Brasil-España.

Nadie en el Madrid quería vivir un clásico sin Ronaldo. No lo quería el técnico Valderlei Luxemburgo, que no tiene otro delantero centro en la primera plantilla. No lo querían sus compañeros, que lo consideran el único goleador puro del equipo. Y ni él mismo, consciente de la importancia del encuentro y de la presencia de Carlos Alberto Parreira, el seleccionador brasileño, en el palco: "Forcé, pero eso no significa que haya sido un error", argumentó. "Lo intentamos, pero las cosas salieron mal. No me arrepiento. Yo quería jugar y me sentí bien para hacerlo. Pero no fue bien: no es grave, pero en el segundo tiempo volvió a dolerme el tobillo".

"Yo siempre juego con molestias", había dicho a los periodistas tras volver a entrenarse con el resto del equipo, pocos días antes del partido contra el Barça. "No recuerdo un partido de mi carrera en el que no haya tenido algún tipo de dolor. Estas lesiones son complicadas para los delanteros por los movimientos laterales a la hora de regatear, pero estoy bien". Entonces, como ahora, arreciaron los rumores de que forzaba por una doble razón: jugar y ayudar a Luxemburgo. "Estoy encantado con él. Los jugadores son los responsables de la situación. Vamos a estar todos unidos hasta el final. Lo que necesitamos son resultados buenos", continuó.