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Dos ecuatorianos, enfrentados por la dirección de una asociación

Ambos aseguran ostentar la presidencia y apelan a los juzgados

Dos personas aseguran ostentar la presidencia de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos (Fenadee) y se acusan mutuamente de ser impostores. Walter Vivancos, fundador de la federación, acusó a Max Íñiguez de haberle suplantado ayer en un acto con la presidenta Esperanza Aguirre y de hacerlo reiteradamente. Entre tanto, hay un trámite judicial pendiente de dilucidar quién tiene la razón.

Ambos dicen que ellos presiden la Fenadee. Los dos convocan actos y reuniones en nombre de las asociaciones de ecuatorianos. Aseguran que tienen el respaldo de grupos políticos y sociales. Y los dos mantienen que el otro miente. En medio de este caos, la presidenta de la Comunidad de Madrid participó en un acto de la Fenadee donde anunció que dedicará 1.234 millones a la integración de los inmigrantes.

El que estaba en el acto de apertura del Congreso Nacional de Ecuatorianos era Max Íñiguez. Era el antiguo presidente de la Federación de Ecuatorianos de Castilla-La Mancha y asegura que desde el pasado 26 de marzo preside la federación. Entonces, según su versión, en una asamblea extraordinaria donde participaron ocho asociaciones se pidió a Walter Vivancos -fundador de la federación y presidente en aquel momento- que se celebraran elecciones para votar la ejecutiva. No estaban satisfechos en cómo se estaban haciendo las cosas. Según explica Íñiguez, Vivancos, en un "calentón", presentó su dimisión. Dos días después envió una carta retirándola. Íñiguez asegura que ya era demasiado tarde y sus compañeros no le volvieron a reconocer como tal. Vivancos explica que aquella asamblea era "una reunión de amigos que querían apropiarse de la federación" y que no presentó la dimisión "porque no había nadie de la directiva a quien presentársela". Asegura que él fue reelegido el 28 de octubre de 2005 y que así consta en el registro del Ministerio de Interior. Vivancos ha recurrido a los tribunales y explica que el juez ha dictado una medida cautelar que deja sin efecto la directiva de Íñiguez, elegida después de la fundada en primera instancia.

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