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Reportaje:FÚTBOL 13ª jornada de Liga

El club de los líos

Quique y el vestuario del Valencia dudan de los médicos de Subirats

No hay un día tranquilo para el Valencia, que vive inmerso en una crisis permanente dada la falta de comunicación y la desconfianza que existe entre sus estamentos. Entre el técnico, Quique Sánchez Flores, y el director deportivo, Javier Subirats, sin ir más lejos. Subirats se queja de que Quique no le coge el teléfono móvil y éste, a su vez, lamenta algunos de los fichajes que le ha traído el primero. Y no sólo de jugadores. También, del equipo médico, dirigido por el doctor Rafael Llombart, que llegó en el verano de la mano de Subirats. Con muchas quejas en el vestuario desde entonces. La primera pública fue la del centrocampista Baraja, que reprochó a los galenos no hacer bien su trabajo. Otro de los damnificados fue el central David Navarro, que los acusó de haberle suministrado un medicamento que le habría hecho dar positivo en un control antidopaje. El recelo se ha extendido y así se lo ha hecho saber Quique al presidente del club, Juan Soler, para que actúe al respecto. Soler, sin embargo, se lava las manos y dijo ayer que la decisión de destituir o no a los médicos corresponde a Subirats.

Eso sucedió ayer, cuando Quique había dejado fuera de la convocatoria ante el Celta al interior derecho Rufete como castigo por haber montado en cólera la semana anterior ante el Cádiz tras haber sido sustituido por Angulo. "A mí me gusta hablar de fútbol, de sistemas y de rivales, no de otras cosas", declaró Quique, que no tuvo más remedio que tratar de sofocar los diversos incendios. El técnico madrileño escribió una convocatoria de 19 jugadores para enfrentarse al Celta. Entre ellos, Baraja, que sufrió el miércoles un cólico nefrítico en un entrenamiento y cuya participación parece improbable. Su puesto lo espera ocupar el portugués Hugo Viana, deseoso de abandonar el club si no entra más en juego. Hasta ahora sólo ha disputado media parte. Viana es una de las apuestas de Subirats que apenas cuentan para Quique.

"Es un partido especial. Puede marcar un antes y un después. En caso de ganar, nos haría recuperar el paso en la competición, ya que hasta ahora lo llevábamos cambiado", manifestó Quique, que destacó al Celta como un equipo "bien armado, con mucha ilusión y poca presión".

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