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Reportaje:TENIS | El Masters

"Me cuesta encontrar las sensaciones"

Rafael Nadal encara la cita final del circuito con prevención por la rapidez de la pista de Shanghai y su corta preparación por sus problemas físicos

El decorado es perfecto. El Qi Zhong Stadium, de Shanghai, con capacidad para 15.000 espectadores, será el escenario del Masters de tenis, la cita final del circuito, que se iniciará la próxima madrugada (hora peninsular española) y en el que Rafael Nadal debutará en la del lunes contra el argentino Gastón Gaudio.

Realizando un derroche de dinero impresionante, la ciudad china ha concluido ya, en efecto, la primera fase de lo que deberá ser uno de los complejos polideportivos más grandes y modernos: el Qi Zhong Forest Sports City. El recinto, que tendrá 20 kilómetros cuadrados, contará no sólo con 40 canchas de tenis, sino también con un campo de golf. Y estará rematado por una zona residencial, que es la base fundamental que justifica económicamente toda esta macroestructura. Por el momento, sólo se ha construido la pista central, con una superficie de 30.649 metros edificados y cuatro plantas.

"El primer partido es el más difícil porque marca tu trayectoria", advierte el español
El techo del Qi Zhong Forest Sports, una magnolia de acero, se abre o cierra en 8 minutos

Toda la instalación es impresionante, pero lo que más la diferencia de las demás es que cuenta con un techo móvil, diseñado a semejanza de una gran magnolia con ocho pétalos de acero -plataformas triangulares-, de dos toneladas de peso cada uno, que permiten abrir y cerrar el techo en apenas ocho minutos. Nada que ver, por comparar, con la pista central de Melbourne, la del Open de Australia, cuyo techo móvil, con tan sólo dos piezas, tarda alrededor de 20 minutos en cerrarse.

Sin embargo, toda esta gran obra de la ingeniería china ha sido rematada con una superficie Taraflex o Gerflor -dos empresas asociadas- que no es precisamente la más idónea para jugar al tenis. El Taraflex sustituye, de alguna forma, a las clásicas pistas Supreme Court o a las más modernas y algo más lentas GreenSet, que equipan a la mayor parte de los torneos interiores, entre ellos el Masters Series de Madrid. Pero, gracias a un acuerdo firmado entre esas sociedades y el ATP Tour, el piso ha sido homologado y es utilizado en las competiciones de Moscú, Lyón, París-Bercy, San Petersburgo y ahora Shanghai.

No es precisamente la superficie más desada por los jugadores. Nadal se ha quejado de forma reiterada de que es excesivamente rápida y de que es muy difícil jugar en ella. Incluso mantuvo una reunión con miembros del ATP Tour para mostrarles su disconformidad. "Me cuesta encontrar las sensaciones", comentó Nadal tras realizar sus primeros entrenamientos junto a Tomeu Salva, su sparring mallorquín, y el argentino Guillermo Coria. "Es una pista muy parecida a la que nos encontramos este año en Eslovaquia y en la que cualquier pequeño error te condena. Es casi imposible recuperar un punto cuando has cedido la inciativa a tu rival".

Tampoco Roger Federer, el número uno mundial, se muestra excesivamente conforme con la elección. "He jugado muy poco en este tipo de superficies porque sólo las puedes encontrar en la parte final del calendario y este año yo estaba lesionado", dice el suizo, que regresa a la actividad tras una lesión en un tobillo que se produjo en el torneo de Bangkok. "Es difícil desplazarse sobre la moqueta y cuesta conseguir que la bola coja bien los efectos. Sin embargo, estoy convencido de que acabaré adaptándome bien", matiza.

La única ventaja para Nadal es que algunos de los adversarios más peligrosos con los que podía encontrarse no han llegado siquiera al Masters o han sido incluidos en el otro grupo. El estadounidense Andy Roddick, el número tres, fue el último en causar baja como consecuencia de unas molestias en la zona lumbar que la surgieron tras disputar el Masters Series de París-Bercy. El australiano Lleyton Hewitt, el cuatro, renunció también para poder asistir al nacimiento de su primer hijo. Y el ruso Marat Safin, que se había ganado la plaza como campeón en Australia, no jugará porque se está recuperando de una dolencia en una rodilla. Además, uno de los sacadores más peligrosos, el croata Ivan Ljubicic, el ocho, quedó encuadrado en el cuarteto de Federer.

"Estoy satisfecho con el sorteo porque todos mis rivales son jugadores con los que puedes jugar los puntos. Tienen unas características de juego bastante similares a las mías", confesó Nadal tras conocer la composición de los grupos. El manacorí, de 19 años, debutará contra Gaudio y proseguirá su marcha frente al ruso Nikolai Davydenko y el norteamericano Andre Agassi. En sus enfrentamientos personales con ellos, lleva ventaja de 1-0 ante Agassi, no se ha enfrentado nunca a Davydenko y ha ganado a Gaudio las dos últimas veces que se han visto frente a frente, si bien el suramericano le supera en victorias por 3-2. "El primer partido es el más difícil porque marca tu trayectoria en el torneo", agregó Nadal; "a Agassi le he ganado una vez en pista rápida y creo que puedo volver a hacerlo. El más complicado para mí es Davydenko, aunque todos son contrincantes difíciles".

No obstante, Nadal, que lleva once títulos este año, al igual que Federer, es considerado uno de los favoritos para entrar en las semifinales, en las que podría encontrarse con el propio Federer o con Ljubicic, al que venció sorprendentemente en la final de Madrid. El otro grupo, el rojo, lo completan Guillermo Coria y David Nalbandián, dos argentinos que pueden causar más de una sorpresa en Shanghai.

"Nuestro principal problema", explicó Toni Nadal pocas horas después de llegar a la ciudad china, "es que sus molestias en las rodillas y una inflamación de un tobillo no han permitido a Rafa prepararse como habríamos querido. No está a tope y debería estarlo para afrontar un torneo de esta magnitud. Así que todo lo que ocurra, para nosotros, será un premio que pondrá el colofón a una temporada increíble e irrepetible".

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