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Reportaje:

Confesiones de un analfabeto

Jacques Demers, exitoso técnico del hockey sobre hielo profesional, reconoce a los 61 años que no sabe leer ni escribir

Durante su etapa en los Tampa Bay Lightning, de la Liga profesional de Hockey sobre Hielo (NHL), no había día en el que el entrenador y director deportivo del equipo, el canadiense Jacques Demers no apareciera por la oficina de su ayudante para pedirle una explicación sobre el significado de algún documento, carta o memorando. Su mano derecha, un antiguo abogado, nunca se percató de que Demers no acudía a él por tener conocimientos de derecho. Nada más lejano de la realidad.

Jacques Demers dirigió 1.007 partidos de la NHL durante 15 temporadas con cuatro equipos diferentes, en los que ganó un campeonato de Liga, la Stanley Cup (1993), y fue elegido entrenador del año en dos ocasiones (1987 y 1988). Pero su mayor logro fue esconder durante todo este tiempo un secreto que solo su esposa, ni si quiera sus hermanos, conocía. Demers se convirtió en el décimo entrenador más exitoso de la historia del hockey sobre hielo sin saber leer ni escribir. Ahora, a sus 61 años, ha decidido publicar sus memorias y dar a conocer al mundo que triunfó en una posición extremadamente exigente, la de director técnico de un equipo profesional, siendo un analfabeto.

Nacido en Montreal, Demers aguantó las palizas y los abusos psicológicos de un padre alcohólico hasta su muerte, cuando él tenía 16 años. Su madre había fallecido dos años antes y como ya hacía tiempo que había abandonado el colegio, se vio obligado a convertirse en camionero para poder apoyar a sus tres hermanos pequeños. Mientras, en su tiempo libre entrenaba a equipos juveniles. De ahí a la gloria pasaron años de tortura emocional que disimulaba con su amor por el hockey y por sus jugadores, a los que siempre trató como a sus hijos. De cómo logró tales metas sin que nadie conociese su secreto parece ser el mayor interrogante de esta curiosa historia.

Demers utilizaba diferentes tácticas para esconder su defecto. Para empezar, los que le conocían bien saben lo a menudo que olvidaba las gafas. Estando bien guardadas en el interior de su chaqueta, Demers siempre encontraba a algún ayudante que le pudiera leer el documento de turno. Además, como franco parlante que es, la excusa de no dominar el inglés durante su etapa en diferentes equipos estadounidenses le vino al dedillo. Ahora sus antiguos ayudantes, poniendo juntas las anécdotas que compartieron con su ex jefe, lograron entender su singular manera de mirar la vida.

Con el tiempo, Demers aprendió a escribir algunas palabras que le pudieran sacar de un apuro en caso de encontrarse con algún hincha en busca de un autógrafo con dedicatoria. Siete años después de abandonar los banquillos, Demers ha aprendido a leer, pero todavía no puede completar un página sin sentirse agotado, mientras que escribir un párrafo supone un desafió mayor que llevar a un equipo al campeonato.

La historia de Demers ha devuelto al hockey a las portadas estadounidenses, un alivio para un deporte en horas bajas. Tras un año de huelga, la cadena ESPN, que poseía los derechos televisivos, ha decidido renunciar a ellos al comienzo de esta temporada con datos irrefutables. Los programas que sustituyeron a los planificados partidos de Liga el pasado año alcanzaron una audiencia muy superior a este deporte. Entre ellos, el circuito profesional de bolos y los campeonatos de póker.

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