Los niños del líder

Hasta en los dorsales de Osasuna se nota el trabajo de cantera. Los de Pamplona son un equipo de nombres compuestos, con el estilo y la identidad propia de los trabajadores, y muy alejado de los parámetros impuestos por las estrellas brasileñas, de sonido rotundo y reconocimiento internacional. David López, Fran Moreno, Raúl García o los gemelos Javier y Miguel Flaño son los últimos exponentes de las inversiones en la cantera de Tajonar.

El conjunto rojillo ha sabido crear un ente casi independiente pero dentro de la estructura del club. Más de 200 chavales visten la camiseta de Osasuna y más de una decena de técnicos, la gran mayoría ex jugadores, conforman el núcleo duro de la cantera, pero más de 7.000 niños en toda Navarra y regiones limítrofes estén constantemente vigilados por la Fundación Osasuna para tratar de encontrar futuros futbolistas de primer nivel.

La inversión, a la vista de los resultados, es poco más que anecdótica. Con cerca de un millón y medio de euros al año, los pamploneses están creando una estructura de firme raigambre y espectacular futuro. Líderes en Primera División, líderes en Segunda B y en juvenil División de Honor y juvenil Nacional, el club presidido por Patxi Izco se frota las manos.

"Es un ejemplo de que hay jugadores españoles muy buenos, de que la cantera, que cuesta menos dinero, puede dar resultados excelentes", asegura David López, que llegó a Osasuna en edad de juvenil, tras la desaparición del Logroñes. Otros dos ejemplos son los hermanos Flaño, los primeros gemelos que comparten vestuario en la historia de la Liga. Miguel nació un cuarto de hora antes que su hermano Javier. Desde ese pequeño impasse, sus vidas han estado unidas por el balón y por Osasuna. "Siempre hemos jugado en el mismo equipo y en posiciones parecidas, aunque las cosas cambiaban siempre que había una pachanga con los amigos. Jugábamos en contra porque siempre hemos tenido una rivalidad sana", explica Miguel, que el año pasado ya disputó siete encuentros. Su hermano Javier ha tardado una temporada más en llegar a la primera plantilla. "El año pasado veía a mi hermano en Primera y yo jugaba en Segunda B. Le preguntaba cosas del vestuario, del ambiente... Cada uno ha seguido su propia carrera, siempre juntos, y él tuvo la oportunidad de subir antes. Ahora la alegría es compartida porque hemos llegado los dos", comenta Javier.

En este año de rotaciones, tras una desastrosa campaña defensiva el curso pasado, Osasuna se ha encontrado fuerte otra vez en la zaga gracias, en parte, a la aportación de estos canteranos, que llevan entre bromas su parecido físico. "Los que llevan menos tiempo, como Romeo o Ricardo, todavía se equivocan alguna vez", comenta Miguel. "Siempre hay risas y, sobre todo si estás de espaldas, igual se pueden equivocar, pero por la forma de movernos y la posición se nos reconoce enseguida", apostilla Javier. "Eso sí, en otras categorías alguna vez un entrenador nos ha dado consejos o nos ha intentado corregir defectos del otro. En el caso de que fueran broncas que no eran para mí, yo señalaba a mi hermano y asunto resuelto", bromea el mayor de los Flaño.

La última gran novedad en Osasuna ha sido Raúl García. "Zidane", como lo definió Miguel Ángel Lotina cuando todavía era un juvenil. El media punta reconvertido a mediocentro ha sudado tinta para hacer olvidar a su primo Pablo García. Y lo ha conseguido, aunque no está de acuerdo con las comparaciones. "Él ha demostrado muchas cosas que yo todavía no he hecho. Aunque es un orgullo", explica. En cuanto al trabajo de Tajonar, Raúl García se muestra firme. "Resulta positivo que estemos jugando los de la cantera en el primer equipo. No sólo para nosotros, sino también para el club. No somos tan caros como los que otros equipos fichan fuera y que tampoco te aseguran resultados".