Beckham brilla en su sitio natural
El madridista sextuplica su ritmo de pases de gol desde que Luxemburgo le trasladó a la derecha
Dice Arrigo Sacchi que "Beckham no es un pivote". Lo constatan las cifras de su hoja de servicios. Desde que Pablo García se hace cargo del medio centro, Beckham, que ahora se mueve en la zona derecha del campo, ha disparado su producción como jugador del Madrid. Si en toda la temporada pasada dio seis asistencias de gol entre Liga y Liga de Campeones, en esta campaña suma ocho al cabo de dos meses. En la estadística no entran los goles que se convierten previo rechace o regate del rematador. Pero a este ritmo, cuando acabe la competición, dentro de siete meses, sextuplicará sus pases de gol hasta alcanzar 36.
Beckham no es un pivote y en el Manchester, a lo largo de once años, nunca jugó en esa posición salvo en dos ocasiones. Pero durante dos años, en sus primeras temporadas en el Madrid, jugó como pivote. En la temporada 2003-2004, Queiroz, el técnico, le puso de medio centro para salvar la sorprendente venta de Makelele al Chelsea. En la temporada 2004-2005 el club siguió sin fichar un medio centro organizador y esta vez fueron Camacho y García Remón quienes insistieron en darle la manija del equipo para no importunar a Figo. Sólo con la llegada de Arrigo Sacchi y Vanderlei Luxemburgo, en diciembre de 2004, Beckham regresó a su posición natural. Este hecho coincidió con la pérdida de sintonía entre Figo y la directiva del Madrid. Al cabo de un mes de experimentos raros, Luxemburgo se sintió respaldado para mandar a Figo al banquillo. Desde entonces, Beckham juega cada día mejor.
En todo el año pasado el Madrid hizo tres goles de cabeza a pase del inglés; este año ya lleva seis
Más de un tercio de los goles del Madrid esta temporada tienen origen en Beckham. En total son 23 goles en Liga y Champions, de los cuales nueve se gestan con jugadas del inglés.
El próximo domingo, en el Bernabéu, los jugadores del Valencia tendrán la difícil tarea de marcar a Beckham. A diferencia de Figo, que hacía del uno contra uno su rutina, el jugador inglés no precisa encarar a nadie para centrar. Siempre que se sitúa en la derecha se perfila de tal modo que sus pases cobran efecto incluso sin necesidad de llegar al fondo del campo. "Cuando yo dirigía al Atlético", recuerda Sacchi, "a Figo le hacíamos marcajes escalonados, con un centrocampista, Lardín, y dos defensas. Pero a Beckham... ¿cómo le marcas si no necesita encararte?".
A Sacchi le gusta Beckham porque es solidario en el esfuerzo, posee un sentido colectivo del juego, y es capaz de situarse en distintas posiciones sin desentonar demasiado. El técnico italiano no le considera un especialista en una zona fija del campo. Pero esto -advierte- se vuelve a su favor porque hace que al rival le resulte más complicado fijar su marcaje.
El incremento de la actividad de Beckham por la banda derecha ha coincidido con la incorporación de cabeceadores a la plantilla. Sergio Ramos, Woodgate y Baptista se caracterizan por el dominio del juego aéreo. El resultado se traduce en la cantidad de goles que marca el Madrid de cabeza. En los dos meses de vida que tiene la temporada el equipo ha cabeceado siete tantos a la red, seis con la mediación de centros de Beckham. El año pasado, en nueve meses, el Madrid cabeceó catorce goles. De esos catorce, sólo tres fueron para culminar un pase del inglés.
A los 29 años Beckham ha iniciado la fase más madura de su carrera. Su contrato con el Madrid concluye en 2007 y es poco probable, en lo que le resta de compromiso, que vuelva a ocupar el medio centro por delante de la defensa. Pese a todo, él sigue convencido de que no ha dicho la última palabra al respecto.
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