Exhibición de fuerza del Getafe en Vallecas

Un error de bulto le bastó al Getafe para resolver con comodidad su visita a Vallecas. Un año después de lesionarse de gravedad, Pachón demostró que continúa siendo un depredador en el área. Un instinto de connotaciones trágicas para los adversarios despistados, como el portero del Rayo, Segura, que en un despeje espantoso puso fin a la primera aventura copera de Michel como entrenador.

El acierto de Pachón, que embocó a la red sin apenas ángulo, cerró la caja de Pandora entornada por las rotaciones de Schuster. Los rayistas, que aferraban sus esperanzas al gusto de su técnico por el toque y la mediana calidad de Raúl Molina, se deshicieron como un azucarillo y vendieron baratas sus almas. Salvo al final, apenas pusieron en aprietos a Calatayud, cosa que seguro le molestó; su entrenador le concedía una oportunidad para exhibir sus reflejos y nadie se atrevía a contradecirle.

Un trallazo de Craioveanu segundos antes del descanso finiquitó el encuentro. La respuesta de Geni, con el tiempo cumplido y los zagueros durmiendo la mona, despertó las iras de Schuster. Nada peor le pudo pasar al Getafe.