El Betis soluciona un conflicto

El entrenador verdiblanco, Llorenç Serra Ferrer, aprovechó el último rescoldo de la fiesta bética tras el campeonato de Copa y la clasificación para la Liga de Campeones para mentar con tremendismo las pájaras que sufrieron aquellos equipos que llegaron a disputar la máxima competición de Europa, prácticamente como furtivos, sin tener una estructura que pudiera absorber tan colosal impacto. Parecería entonces que los síntomas que presenta el Betis no se deben a descuido alguno del técnico, pero lo que su conjunto ofrece sobre el campo en la Liga no es más que la evidencia de que los verdiblancos han sucumbido al beso de la élite de la Liga de Campeones.

La tarde de ayer nunca fue una cita prioritaria en la agenda de los béticos. La que tenían ayer en la cabeza tanto aficionados como futbolistas era la del miércoles en el selecto barrio de Chelsea. Joaquín descansó. El extremo gaditano se ha creído lo de su comparación con el torero Curro Romero y le pide a su club, a su afición y hasta al seleccionador que tengan en cuenta su especial naturaleza de artista. Que más o menos se reduce a una frase de Oscar Wilde: "La única crítica que admito es el aplauso unánime".

Pues puede que tenga algo de razón. Al menos en lo que corresponde a su contribución al Betis. Ayer no estuvo y el equipo verdiblanco fue una caricatura. Tan sólo el ímpetu de Oliveira salvó a los verdiblancos del desastre.

El ariete brasileño logró que el portero del Getafe cayera en la trampa y le hiciera un penalti tontísimo tocándole el pie de apoyo con la mano izquierda cuando la pelota se iba por la línea de fondo. Penalti pitado y rentabilizado.

El Getafe tuvo tanta culpa o más que le Betis para conseguir que el encuentro de ayer fuera de lo más insulso. El mejor del cuadro madrileño fue Rivas. Con eso se dice casi todo de lo ejecutado pr el conjunto dirigido por Bernd Schuster.

En la primera mitad, el árbitro abortó de manera errónea un contraataque que dejó solo a Güiza frente a Doblas. Riki se desgañitó para robar balones en una posición táctica que le robaba su mejor juego.

Ni un equipo ni otro tuvieron ocasiones claras en el comienzo de la segunda mitad. El Getafe realmente parecía intentar un juego de toque para el que no está sufucientemente preparado. Ni la originalidad de Schuster colocando a Paunovic en el centro y Riki y Redondo en las bandas sorprendió a nadie.

En los últimos minutos las carreras de Dani y el control de Miguel Ángel dieron empaque al Betis. Edu -sin ritmo tras sus lesión- falló un gol claro tras un buen contraataque. Ni Betis, ni Getafe estuvieron ayer a la altura que se le supone. Los protagonistas del tostón de ayer eran un representante en Champions y el líder provisional.