Un inglés ejemplar

"Los madridistas debemos ser ejemplares", suele decir Florentino Pérez. En una jornada de asamblea general, en un día que comenzó en Valdebebas con la defensa del márketing y el mercado universal, el presidente del Madrid se dio el gusto de cerrar la tarde con un buen partido del más ejemplar de sus jugadores, Beckham.

El inglés, de 30 años, está negociando con el club su renovación de contrato con el fin de terminar su carrera en el Madrid. Así lo quiere Pérez y así lo quiere Beckham, que de un tiempo a esta parte se siente muy cómodo. Cómodo en su casa de El Plantío; cómodo con Vanderlei Luxemburgo, que le ha devuelto a su vieja posición de volante derecho; cómodo con sus compañeros y con el uso de la lengua castellana. El hombre, dueño de un talento diplomático natural, se lleva bien con los brasileños y cultiva una buena amistad con Raúl, el capitán. Además, por primera vez desde que llegó, en la temporada 2003-04, está jugando a buen nivel de forma sostenida.

Beckham dio ayer dos asistencias: una a Roberto Carlos y otra a Ronaldo. Suma siete en Liga y es el máximo surtidor de balones a los delanteros del Madrid. Pero también es ejemplar en otros terrenos: ha descubierto que en España alborotar al árbitro tiene beneficios y se prodiga en ello.

Ayer se pasó la tarde discutiendo decisiones a Medina Cantalejo y sus ayudantes. Esto le encantó al público, sobre todo cuando sacó petróleo de la trifulca que acabó con la expulsión de Ballesteros y la sanción a Navarro.

En el apartado presupuestario también es el rey: su cara es la más famosa del Madrid en el mundo y, por la sinergia que existe entre la fama y el consumo, es el máximo adalid de los ingresos ordinarios madridistas.