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Reportaje:FÚTBOL | Sexta jornada de Liga

Piterman, contra su pasado

El máximo accionista privado del Racing retorna a Santander, donde tiene litigios pendientes, como presidente del Alavés

Dimitri Piterman ha cambiado de chaqueta, pero sigue siendo el mismo. En noviembre de 2002 se hizo con el mando en el Racing e impuso su egocéntrica visión del fútbol: todo gira alrededor de él. El primer damnificado de aquella revolución fue el técnico, Manuel Preciado, que se despidió por no compartir las ideas del magnate estadounidense de origen ucraniano. Hoy, Piterman retorna al palco de El Sardinero para ocupar otra butaca: la que le corresponde como presidente del Alavés, club del que se hizo cargo la pasada temporada junto a su entrenador de cabecera, Chuchi Cos.

El curioso Piterman ha encontrado otro equipo al que manejar. En los seis meses que pasó en Santander, las instituciones cántabras hicieron todo lo posible por apartarle del poder. Y... lo consiguieron, pero sólo en parte. En la actualidad, todavía controla el 4,9% de las acciones del Racing -el 5% es el máximo que la Ley de Sociedades Anónimas Deportivas permite a una misma persona en dos clubes-, aunque a través de empresas interpuestas posee más títulos, lo que le ha convertido en el máximo accionista privado del cuadro montañés tras el propio Gobierno de la comunidad autónoma.

Piterman ha dejado en Santander polémica y legajos en los juzgados, dos de ellos sin resolverse. Él asegura que se le quiere en la ciudad y se arroga los méritos de ser el responsable del reflotamiento de un club condenado a la desaparición. Los jueces consideran que sus actuaciones no han sido siempre claras y, hace un mes, le condenaron a pagar 34.500 euros por amenazar e insultar a cuatros socios racinguistas que crearon una plataforma contra él. Y, en pleno vendaval de su retorno, Piterman amenaza ahora con que en la futura venta del Racing tiene derecho a intervenir, por lo que quiere que cuenten con él.

En medio del lío, Preciado, de nuevo entrenador del cuadro santanderino, ha querido quitar hierro al tema de enfrentarse al hombre que le echó de su casa de toda la vida. "Para mí, es un partido entre el Racing y el Alavés. Nada más. Son tres puntos importantes y un encuentro más. Con ciertas connotaciones para el entorno, pero... eso, para el entorno. Yo no doy importancia al hecho de que Dimitri vuelva a El Sardinero", explica.

Pero el entorno anda revolucionado por las diatribas de Piterman. La pasada semana, contra el Madrid, en Vitoria, los jugadores brasileños de Vanderlei Luxemburgo exhibieron una forma de celebración que enervó al norteamericano. Después de insultar a Ronaldo, Roberto Carlos y Robinho -"payasos" fue el apelativo más cariñoso que les dedicó-, éstos le contestaron recordándole su sesión fotográfíca desnudo en una revista y otras discutibles actuaciones.

Y es que Piterman consigue con sus descargas verbales la notoriedad que su equipo no logra en el campo. El Alavés es colista y esa posición clasificatoria no lleva consigo el protagonismo que pretende. Por eso su vuelta a Santander promete ser caliente. De momento, ya ha enviado un mensaje al Ejecutivo sobre sus acciones en el Racing. "Que no se olviden de Piterman", advirtió. No es una simple bravata, sino una muestra más de la peculiar personalidad por la que rige todas sus acciones.

Dimitri Piterman, en su época de dirigente racinguista.
Dimitri Piterman, en su época de dirigente racinguista.

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