La definición de Cataluña como nación sale adelante en el Estatuto

La definición de Cataluña como nación, el rechazo a la utilización de los derechos históricos como fórmula de blindaje de competencias y la incorporación del término "laica" referido a la enseñanza pública fueron tres de las decisiones principales que ayer tomó el Parlamento catalán en el primero de los tres días de debate sobre la reforma del Estatuto. Hoy se llegará al meollo del texto: la financiación, sobre la que CiU, a través de su líder, Artur Mas, lanzó un órdago final a un cohesionado tripartito.

Los nacionalistas insisten en incorporar el concierto económico al texto. CiU tenía previsto remitir hoy su propuesta a las fuerzas que dan su apoyo al Gobierno catalán. El pulso se mantiene, aunque ayer se llegara a algunos acuerdos propiciados por el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, sobre el escenario político posterior a la aprobación del Estatuto, en la reunión que mantuvo con los líderes parlamentarios. Maragall se comprometió a no convocar elecciones anticipadas y los líderes pactaron que sea preciso el consenso de al menos PSC, CiU y ERC para una eventual retirada del Estatuto durante su debate en el Congreso.

En el pleno de ayer, el PP se quedó solo votando una enmienda a la totalidad del texto. Los restantes grupos apoyaron unánimemente la definición según la cual "Cataluña es una nación", que se constituye "como comunidad autónoma de acuerdo con la Constitución y este Estatuto".

También aprobaron la equiparación de castellano y catalán en cuanto al deber de su conocimiento. Menos consenso -votaron en contra PP y CiU- suscitó la enseñanza laica en las escuelas públicas catalanas. Lo aprobado ayer supone que las clases de religión se impartan fuera del horario lectivo.