_
_
_
_
Crónica:TENIS | Copa Davis
Crónica
Texto informativo con interpretación

España se salva en el límite

Nadal empata con esfuerzo y Ferrero resuelve en el último partido ante Italia

Àngels Piñol

Fue al límite, rozando casi la catástrofe. España salvó ayer la categoría y permanecerá en el Grupo Mundial de la Copa Davis gracias al corazón de Rafael Nadal. "He ganado por eso: por nada más", confesó luego. Exhausto, agotado, sin fuerzas ya ni para celebrar sus golpes, el manacorí derrotó a Andreas Seppi, 78º jugador del mundo, que nunca estará tan cerca de ganar al dos. No por tener más talento: fue porque Nadal, que jugó el viernes, el sábado y ayer, ya no podía más. Tras cerca de cuatro horas, el español acabó ganando por 6-1, 6-2, 5-7 y 6-4 al número dos italiano y empató la eliminatoria para que Juan Carlos Ferrero echara el resto. El valenciano dio la mejor versión de sí mismo y esta vez en un partido muy serio, sin fisuras y sin arrugar el brazo se deshizo en dos horas de Danielle Bracciali, 92º del mundo que, impotente, sucumbió por 6-3, 6-0 y 6-3.

Más información
Una peligrosa dependencia

El equipo respiró, pero su sufrimiento fue colosal. El público del Oplonte lo intuyó y sin cesar de animar a Seppi vio cerca el milagro. España se temía algo así: las dudas se centraban el sábado en quién iba a disputar el quinto punto definitivo pero, ayer por la mañana, en el club napolitano, algunos ya insinuaban que entrañaba más peligro la cita de Nadal que la de Ferrero. No por Seppi (78 jugador del mundo) si no por las piernas del manacorí. Pocas veces se ha visto que un jugador de la Davis dispute dos partidos individuales y el de dobles. Eso significa que Nadal, que hace una semana venía de ganar en China, estuvo en menos de 48 horas, 10 horas y 32 minutos en la pista: 2, 17 el viernes, 4, 37 el sábado y más de tres ayer. "Venía de China, tuve jet lag, entrené duro para adaptarme, he jugado los tres días. Estaba claro que me tenía que salir el cansancio. No soy una máquina", dijo recordando lo que algunos parecen olvidar: que es humano.

Nadal, sin embargo, bordó dos set que se metió en el bolsillo a la velocidad de la luz, en poco más de una hora. Seppi sólo logró hacerle un break. Pero en el tercero algo cambió. Ya no fue él mismo: corría menos, las bolas se le quedaban cortas y no llegaba a las dejadas. Toni, su entrenador, siempre prudente, se levantó de golpe del banquillo. Algo no funcionaba. Con 2-2 en la tercera manga, Nadal desperdició tres pelotas de break. Y empezó una terrible letanía. Aguantó el tipo hasta que Seppi aprovechó la primera bola que tuvo para ganar el tercer set por 7-5. Se le habían acabado las pilas. Nadal aprovechó el descanso reglamentario y se fue al vestuario. Y en el lavabo le dijo al capitán Jordi Arrese: "No puedo moverme". La situación rozaba el límite y optaron por jugar más plano para ahorrar energía. Seppi salió en el cuarto como un cohete: ganó el primer juego y, en el segundo, se colocó 15-30. "Pero el revés se le ha ido por muy poquito", dijo Nadal juntando el dedo pulgar y el índice. "Si no hubiese sido así...Cuando me he sacado ese juego de encima solo he podido tener fe en los míos y en la victoria. ¿Si lo vi crudo? Muy crudito. Nunca me había pasado algo así: me notaba vacío. Como si sólo me quedara la ilusión".

Pero esa es una de sus grandes virtudes y eso le bastó: le rompió inmediatamente después el servicio al italiano y, pese a desperdiciar después otras dos pelotas de break, se llegó a ir con 3-5 en el marcador. Luego desperdició una primera pelota de partido y Seppi, con un derecha increíble, se colocó 4-5. El público rugía porque sabía que Nadal no resistiría una quinta manga. No hizo falta: con su servicio, aprovechó la segunda pelota que tuvo. Ni saltó. Alzó los brazos al cielo y se puso de cuclillas. Fue al banquillo y le abrazaron.

"El partido ha tenido un peligro increíble. Nunca le había visto acalambrado y tan vacío", admitió después Arrese ya junto a Ferrero, escogido en detrimento de David Ferrer para jugar el quinto punto por su experiencia en la Davis y feliz por su comoda victoria final.

Nadal golpea la bola durante el partido de ayer.
Nadal golpea la bola durante el partido de ayer.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_