100 inmigrantes se quedan en la calle tras el incendio del invernadero donde vivían
El alcalde de Níjar dice que muchos temporeros residen en chabolas por voluntad propia
Unos 100 inmigrantes subsaharianos se han quedado en la calle tras el incendio registrado la noche del lunes en el invernadero donde vivían en San Isidro de Níjar (Almería).
El fuego se originó a las 20.30 del lunes y no causó daños personales. Sí acabó con los pocos enseres de muchos de los residentes en el invernadero. Algunos de los inmigrantes desalojados fueron acogidos por las Hermanas de San Vicente Paul y otros por los empresarios para los que trabajan. El defensor del pueblo andaluz, José Chamizo, criticó con dureza a las administraciones y reclamó "un esfuerzo" de la sociedad almeriense para acabar con hechos similares. "Esta situación la venimos denunciando en Almería desde 1997. Hay que llegar a una solución adecuada. Yo no digo que haya que construir viviendas, pero sí alojamientos y albergues. No sé por qué el dinero que ha mandado el Gobierno central para inmigración no se destina a estos temas en Almería", denunció Chamizo.
Almería Acoge también aprovechó el suceso para denunciar la imposibilidad de los inmigrantes para acceder a una vivienda. Según la organización, esta situación se repite, además, en el núcleo ejidense conocido como Tierras de Almería y, "más esporádicamente", en Roquetas de Mar. En Lepe (Huelva), otros 40 inmigrantes se mantienen en un asentamiento de chabolas.
Sin embargo, el alcalde de Níjar considera que esta situación es voluntaria. "Muchos lo prefieren [vivir en invernaderos y chabolas] porque quieren estar con sus paisanos y compartir lenguaje y costumbres. Y también por una razón muy sencilla: si Cruz Roja les da comida gratis, ellos prefieren ahorrar todo lo posible para volver a su país con más dinero. Si el Estado cortara el suministro, ellos se irían del invernadero. Ésa es la hipocresía que existe: un subdelegado del Gobierno nunca dará la orden de no dar comida a gente que lo necesita", afirmó Joaquín García.
El Ayuntamiento de Níjar calcula que unos 600 inmigrantes viven diseminados en casas rurales ocupadas de forma ilegal y que hay una veintena de denuncias por estos hechos. "Algunos inmigrantes están muy bien, en cortijos totalmente reformados, y tienen juicios pendientes. Saben que la justicia es lenta en España. Otros están regular y un tercer grupo vive fatal en estructuras ruinosas. Se produce un movimiento exagerado entre ellos. Lo mismo viven 40 y, de repente, al día siguiente quedan 16", explicó el alcalde.
Cruz Roja repartió ayer mantas y colchones. "Hoy volverán a dormir al raso porque aquí nadie da ninguna solución", afirmó Purificación Rodríguez, miembro de la congregación que ayuda a los extranjeros.
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