El Betis rota, pero no se refresca
El entrenador del Betis, Llorenç Serra Ferrer, decidió que algunos de los suyos ya habían jugado bastantes partidos oficiales, una decena con el de ayer, y tocaba refresco. Y cambió medio equipo, portero incluido. Igual funciona a largo plazo -es lo que tienen las rotaciones, que se las puede analizar en lo coyuntural o en lo estructural, según convenga a cada cual-, pero lo que lo que el experimento táctico trajo ayer fue un Betis desconocido. Y bastante mediocre.
A los verdiblancos no les quedó más remedio que dedicar los primeros minutos del partido a aprender dónde se tenían que colocar o apoyar. El Zaragoza salió de emboscado. Y así se quedó. Principalmente por estas razones el encuentro arrancó trabado alrededor del centro del campo, lleno de jugadas insulsas y de pases mal pensados o ejecutados.
BETIS 0 - ZARAGOZA 0
Betis: Contreras; Varela, Melli, Nano, Castellini; Joaquín, Rivera, Miguel Ángel, Israel (Xisco, min. 60); Dani (Capi, min. 44) y Oliveira.
Zaragoza: Valbuena; Ponzio, Álvaro, Gabi Milito, Toledo; Movilla, Zapater; Ewerthon (Sergio García, min. 76), Óscar López (Cani, min. 67), Savio; y Diego Milito (Lafita, min. 50).
Árbitro: Teixeira Vitienes. Amonestó a Ponzio, Álvaro, Zapater, Nano, Valbuena, Xisco y Gabi Milito.
Unos 35.000 espectadores en el Ruiz de Lopera.
Melli remató mal con la cabeza un buen pase desde la derecha de Joaquín a los cuatro minutos, el parecido de Diego Milito con Francescoli -más por la parte de la nariz que por la de los pies- no le sirvió para remachar un par de buenas ocasiones, una al principio y otra cerca del final de la primera mitad. Dani mostró, como ante el Liverpool, que últimamente hay más orden en su cabeza y utilizó su fútbol de pillo de Triana para incidir en la falta de compenetración entre Valbuena y su defensa y a punto estuvo de marcar tras un rechace tonto. Tras tres jugadas de valor, se tuvo que retirar, llorando, con una rotura de fibras en su muslo derecho. Es la carrera de Dani, de la proeza al sanatorio.
En la segunda mitad, el Zaragoza profundizó en el envío de pases largos a sus atacantes. En la primer mitad habían sido inofensivos, pero en la continuación, Ewerthon se enteró por fin que estaba jugando un partido de Liga e hizo daño.
Tras decenas de jugadas fallidas, el Betis, decidió intentar lo mismo. Y así, tanto Oliveira como Xisco estuvieron a punto de marcar. Pero no basta para justificar la falta de ritmo y de ideas de juego. El Zaragoza apenas sufrió para llevarse un punto en Sevilla. Tampoco dio nada.
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