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Vuelta 2005

La uña de Perdiguero, la sangre de Santos y la copa de Bettini

Carlos Arribas

De la Vuelta hay mil formas de retirarse, ninguna, al parecer, normal. Los hay que abandonan desde el autobús, los hay que lo dejan a mitad de una fuga, los hay que se despiden en una discoteca. Paolo Bettini, campeón olímpico, ganador en Valladolid, anunció a los comisarios el miércoles por la tarde que ayer no saldría y para demostrar que no había nada raro en su marcha, motivada porque ya había cubierto su ciclo de preparación para el Mundial del día 25, salió de noche a conquistar Ávila y aún andaba de copas a las dos de la mañana. No tenía nada que ocultar.

A Santos González, en cambio, no se le vio la cara en todo el día. Fue el director del Phonak, el francés John Lelangue, quien bajó del autobús del equipo por la mañana para anunciar que había retirado de la carrera al ciclista alicantino -que era octavo de la general- porque la noche anterior no había superado el control de sangre interno efectuado por el mismo equipo. "Nuestros límites son inferiores a los que establece la UCI", dijo Lelangue, quien no quiso precisar en qué parámetro, en hematocrito, reticulocitos o hemoglobina, había superado el umbral Santos, enorme contrarrelojista que había terminado tercero la víspera, tras Mancebo, en la durísima etapa de montaña de Navacerrada. "Santos lo sabía, conocía nuestras normas". Es la segunda oportunidad en el año en que Santos González no supera un control, lo que le hace sospechoso de dopaje para aumentar la oxigenación de la sangre. En la anterior ocasión no pudo tomar la salida en la Dauphiné Libéré. Como Santos era reserva del equipo español para el Mundial, el seleccionador, Paco Antequera, lamentó el asunto y precisó: "Ahora, evidentemente, no lo puedo llevar a la selección, pero si el equipo lo hubiera retirado silenciosamente, sin decir nada, yo no habría tenido problema en llevarlo".

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También abandonó Miguel Ángel Martín Perdiguero, pero esa retirada, producida cuando el madrileño, compañero de equipo y amigo de Santos, andaba en fuga, ascendiendo Serranillos, no preocupó en absoluto a Antequera, que considera a Perdiguero su gran joker para el Mundial de Madrid. "Ya sabía yo que se iba a bajar", dijo el seleccionador. "Ya me había advertido de que no le interesaba correr las etapas del fin de semana y que iba a intentar fugarse miércoles y jueves para ver si podía ganar. Vio que no podía y se bajó". Perdiguero, famoso por pintarse de negro las uñas de las manos, justifico en TVE su retira alegando que se le había puesto negra una uña del pie y que le dolía mucho. Poco después puso pie a tierra Aitor González, ganador de la Vuelta de 2002, amigo de Perdiguero y Santos. Quedan 129 corredores de los 197 que comenzaron.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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