_
_
_
_
_
Reportaje:

El ángel de la guarda de Saray

El Ayuntamiento de Jaén homenajea a los socorristas que salvaron a dos niños que estuvieron a punto de ahogarse en julio

Tienen fama de guaperas, de no trabajar mucho y de estar siempre tomando el sol. Sin embargo, nada más lejos de la realidad, tal y como se defienden los propios socorristas. Como prueba de ello, la actuación del equipo de la piscina municipal de Las Fuentezuelas de Jaén, integrado por 15 socorristas y coordinadores, que ayer fueron recibidos por el alcalde, Miguel Sánchez de Alcázar, quien en nombre de la ciudad les rindió un homenaje por su "profesionalidad" y "entrega" en una piscina que ha recibido más de 800 bañistas diarios durante este verano de media.

Entre el grupo de socorristas se encontraban aquéllos que trabajaron el 5 de julio, uno de los más complicados vividos en el complejo deportivo. Durante esa tarde varios niños, la mayoría de una misma familia, se sumergieron simultáneamente mientras jugaban. No sabían nadar. En esa zona, el turno de vigilancia le correspondía a José Carlos Cámara, que con 24 años se enfrentaba a la primera situación crítica en su también primera temporada como socorrista. "Recuerdo mil detalles del suceso, pero no me salen las palabras. He soñado muchas veces con esa tarde y si pienso en ello todavía me tiemblan las piernas", reconocía el joven.

Más información
Un verano luctuoso en piscinas y fuentes

Todo ocurrió en "décimas de segundo", como le ayudan a relatar sus compañeros, y si no hubiese sido por la reacción "rápida" y "fría" del joven, el suceso podría haber adquirido tintes más trágicos, explicó Pedro Hernández, el coordinador de los socorristas. Cámara tocó el silbido de alarma colgado en su cuello y se tiró al agua para rescatar a un primer niño, que no precisó asistencia hospitalaria.

Cuando lo sacó a la superficie y volvió con "toda celeridad" a su puesto, otro cuerpo permanecía sumergido. Se trataba de Saray M. M, de siete años, que fue atendida inmediatamente por la enfermera de la piscina, Dolores Martínez, y que, tras las primeras maniobras de reanimación, fue trasladada en una ambulancia del 061 al hospital Materno-Infantil, donde ingresó en estado "muy grave" con un pronóstico de "casi ahogamiento". Allí permaneció varios días en la UCI en un coma inducido, del que salió tras varios días. "El momento más feliz de mi vida fue la mañana en que vi la foto en el periódico de Saray abandonando el hospital acompañada de su madre", subraya Cámara, quien insiste en que el reconocimiento a él y a sus compañeros "no sólo se debe a un caso puntual sino a toda una temporada".

"Es falso que nos pasemos el día al sol. Si fuera así no podríamos reaccionar en décimas de segundo y de manera casi automática", insistió durante el encuentro Daniel López, quien, como sus compañeros, dejaba entrever "cierto malestar" hacia quellos que les acusaron, en un primer momento, de no estar ocupando sus puestos de vigilancia. "Todos estamos perfectamente coordinados y rotamos cada media hora nuestra zona de vigilancia. Ese día tuvimos mala suerte porque se produjeron varios rescates simultáneos en un mismo área", insistieron los socorristas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_