La cancelación de un vuelo a Caracas deja en tierra a 260 pasajeros

"Mi madre está muriendo y no puedo llegar a casa para verla". Carmen Vélez adquirió un billete de la compañía aérea venezolana Santa Bárbara para viajar el pasado domingo a Ecuador, haciendo escala en Caracas. Ayer explicaba, con los ojos hinchados por las lágrimas, que hasta hoy por la mañana no podrá salir de Madrid.

La compañía aérea venezolana canceló los vuelos que cubren la ruta Madrid-Caracas, tanto ayer como el sábado, lo que ha retrasado la salida de muchos de los pasajeros, entre ellos Vélez, cuyo vuelo ha sido aplazado dos veces. El sábado reventaron varias ruedas del tren de aterrizaje durante el despegue, y ayer el avión volvió a sufrir una avería.

A media tarde, seis horas después de la hora prevista para la salida, la pequeña oficina de Santa Bárbara en el aeropuerto de Barajas era un hervidero de actividad. Algunos de los 260 pasajeros del vuelo expresaban su enfado con gritos contra la compañía. Los responsables de la aerolínea, mientras tanto, hacían gestiones para alojar al pasaje en hoteles o colocarlos en vuelos de otras compañías. Una de las pasajeras más agresivas fue detenida por la policía.

La compañía aérea no quiso dar detalles sobre la avería y fuentes del Ministerio de Fomento negaron que fueran ellos quienes habían paralizado el avión. Recordaron que la responsabilidad de la inspección es del país de origen, en este caso Venezuela.

Carola Torquemada, directora de Santa Bárbara en Europa, indicó que la compañía aérea tiene previsto fletar hoy un avión de una tercera compañía para acomodar a los pasajeros que no pudieron volar ayer. "Entre el vuelo que tenemos mañana [por hoy] y el otro que hemos alquilado, esperamos tener el problema totalmente resuelto mañana [por hoy]", aseguró Torquemada.

Esta responsable también afirmó que todos los pasajeros de la aerolínea venezolana han sido atendidos y alojados en un hotel cercano al aeropuerto y que "la seguridad es la primera prioridad" de la compañía.