'Homenaje a los malditos', de Calonge y La Zaranda, en el Teatro Español

El Teatro de la Zaranda es un grupo de culto, con seguidores incondicionales que acuden a ver sus espectáculos como si de una ceremonia mística se tratara. A pesar de gozar de una buscada y trabajada marginalidad, acuden a un teatro público de primer orden, el Teatro Español de Madrid, con su último trabajo, Homenaje a los malditos, un texto poético, curioso e inclasificable, como otros de su autor, Eusebio Calonge que, como siempre en este grupo, dirige Francisco Sánchez, conocido en el mundo teatral como Paco de la Zaranda.

El espectáculo, que se estrenó en París el pasado mes de noviembre, abre la temporada del Teatro Español, donde estará desde el próximo jueves 8 hasta el día 25 de septiembre. Está dedicado, tal y como comenta Calonge, "a todos aquellos que, privados de sepultura, transitan por los márgenes de la historia".

La compañía, fundada en 1978 en Jerez (Cádiz), dice, a través de su director, seguir buscando sobre el escenario lo mismo que entonces: "Los vínculos entre nuestra memoria y nuestra imaginación, persiguiendo la realidad que no sucede; nuestros trabajos surgen de la ansiedad de expresar lo que somos de acuerdo con la confidencia poética de nuestros sentimientos".

Desde el principio, La Zaranda, que también se hace llamar Teatro Inestable de Andalucía la Baja, ha tenido una gran repercusión internacional, participando y logrando premios en numerosos festivales, mientras en España no son tan conocidos, por lo que su presencia en el Español se considera una valiente y arriesgada osadía de su director, Mario Gas.

Su espectáculo, teñido de imágenes que rememoran el mundo de Gutiérrez Solana, Vallé-Inclán, Gómez de la Serna o la poética de Carlos Edmundo de Ory, transita por las horas más decadentes y sórdidas de un café: "Se supone que fue la guarida de las ideas, las ilusiones, las esperanzas que conformaron a tantos fracasados, tantos resentidos, tantos desesperanzados", comenta Calonge, que ha contado una historia de olvidados que se reúnen para celebrar un homenaje al que llaman maestro, "apenas un fantasma presente en sus actos, reducido a un guiñapo al que todos quieren utilizar antes de empujarle a la zanja en que enterrarán definitivamente su memoria", apunta el autor.

El director, Francisco Sánchez, habla de por qué han dirigido su mirada hacia los malditos: "Son ellos los que vivieron el silencio, el tormento, la pobreza, la miseria; en definitiva, los que llegaron al límite de la época; ellos se nos presentan como parte de nosotros, de ahí que todos llevemos un maldito dentro. Cualquiera que se sienta al margen de la época, es decir, del mercantilismo cultural, puede ser un maldito".

En el reparto intervienen los tres actores emblemáticos del grupo: Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y el propio director, a los que se han unido en esta ocasión otros intérpretes como Fernando Hernández, Ana López, Ana Oliva y María Duarte.