Raikkonen necesita victorias; Alonso, tan sólo puntos
El McLaren-Mercedes MP4-20 con el número 9, sólo perceptible para las cámaras de televisión, devora como ningún otro bólido el legendario circuito de Monza. En su interior, el finlandés Kimi Raikkonen trabaja ufano por la velocidad insuperable que alcanza en el circuito más rápido del Mundial, en el que se registran marcas de 360 kilómetros por hora. Transmite la misma pinta, supersónica y robótica en la pista y gélida fuera de ella, con la que triunfó en las dos últimas carreras, en Hungría y Turquía. Nada parece perturbarle, concentrado en recuperar el terreno perdido respecto a Fernando Alonso en la primera parte del campeonato.
Cada vez que se ponen manos a la obra, los Renault ceden entre medio y un segundo por vuelta a los McLaren. Así sucedió en los entrenamientos libres de ayer, en los que el español completó diez vueltas en las que obtuvo el décimo mejor tiempo, a dos segundos del mejor, el brasileño probador de Toyota, Ricardo Zonta, por delante del colombiano Juan Pablo Montoya y de Raikkonen. Alonso constata: "Desde la cuarta carrera, en Imola, empezamos a perder terreno con los McLaren. Primero, fue una décima. Ahora es casi un segundo no sé si por su buen trabajo o por nuestro mal trabajo".
La supremacía teórica del coche de Raikkonen es tan evidente como la brecha en la clasificación general, 24 puntos, a cinco carreras del final. A día de hoy, Raikkonen es quien debe desempeñar el papel del Quijote. A Alonso le bastan dos terceros y tres cuartos puestos para suceder al alemán Michael Schumacher como campeón mundial. Si no falla el asturiano, el nórdico debería ganar las cinco carreras que restan y, en consecuencia, sumaría siete triunfos consecutivos, algo que sólo Schumacher ha sido capaz de conseguir en la historia de la F-1. Pero ni siquiera la obtención de cinco dobletes junto a su compañero, Montoya, algo que jamás ha logrado la pareja de McLaren, bastaría para que Raikkonen se proclamara campeón. Hasta el propio Montoya deja entrever su escepticismo respecto a la empresa: "Conseguir el campeonato de pilotos es un poco improbable. Es mucho más realista que podamos conseguir el de constructores
[Renault tan sólo aventaja en nueve puntos a McLaren]".
Los cálculos de probabilidades, sin embargo, pueden variar absolutamente de una carrera a otra. Alonso, vista la superioridad de los McLaren y dada su situación de privilegio, se centra en la consecución de los 27 puntos que le darían el título. Por eso, los Renault han renunciado a estrenar una evolución del motor en Monza que les permitiría ganar una décima por vuelta. "Con ese nuevo motor tuvimos algunos problemas en los ensayos que llevamos a cabo. Preferimos tenerlo todo bajo control en Monza y en Spa-Francorchamps [la próxima carrera, en Bélgica, el día 11] antes que arriesgar nuestra fiabilidad", explica Alonso.
El ovetense se propone estar hoy entre los cinco primeros con vistas a la parrilla del gran premio. "En un mano a mano con los McLaren, no tenemos nada que hacer. Pero, si parto entre los cuatro o cinco primeros, puedo intentar superarlos en la salida", avisa. El principal problema para McLaren es el de la fiabilidad y los errores como el de Montoya en Turquía, que le privó del segundo puesto en beneficio precisamente de Alonso.
Ayer, el MP4-20 de Pedro Martínez de la Rosa, piloto probador de McLaren, sufrió un fallo en la transmisión y se vio obligado a abandonar la segunda sesión de los entrenamientos. "No hay mayor problema. Ya teníamos suficiente información en vistas a la calificación y a la carrera", dijo De la Rosa; "el coche es rápido".
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