El disco duro del 'Alinghi'
Joan Vila, navegante del velero suizo, conoce todos los secretos del campeón de la Copa del América
Joan Vila (Barcelona, 1961) tenía 24 años cuando participó en la Vuelta al Mundo 1985-86, una regata para veleros de un solo casco que se ha cobrado la vida de varios navegantes desde su primera edición, en 1973. Vila compitió con el Fortuna, un barco español. Aquella edición contó con dos de las leyendas de la vela oceánica, el francés Eric Tabarly y el neozelandés Peter Blake, ambos ya fallecidos. "Cuando acabé Ingeniería de Caminos, hice el servicio militar y me fui a la Vuelta al Mundo", recuerda el actual tripulante del suizo Alinghi, el defensor de la Copa del América, cuya próxima edición se disputará en aguas de Valencia en 2007 y que estos días celebra las segundas regatas puntuables en las de Malmoe (Suecia).
Pocas veces se despega Vila de su ordenador. Es su herramienta de trabajo. En tierra y a bordo. Lo es desde que hizo de la vela su profesión hace unos 20 años. En él registra un sinfín de datos sobre el rendimiento y las reacciones del Alinghi en diferentes condiciones de navegación. Esa información la transmite al patrón y al resto de la tripulación durante las regatas, pero también es utilizada por el equipo de diseño del nuevo barco, el que competirá en 2007. "Digamos que hago las funciones de copiloto de un piloto de rallies", explica; "determino la posición de las boyas y la del contrario, facilito información sobre nuestro rendimiento en relación al rival, comunico la distancia que falta para virar... Todo esto, empleando programas de ordenador cada vez más sofisticados".
Vila ha participado en cuatro Vueltas al Mundo y otras tantas Copas del América. En todas, como navegante, un puesto clave. "Siempre me atrajo entender las regatas", cuenta; "este puesto me permite ir a bordo. Es una combinación perfecta, lo que yo deseaba. Lo mío es medir y sacar conclusiones".
Experto en meteorología y electrónica, la actual es su segunda participación con el Alinghi, que ganó la Copa del América en 2003: "Mi trabajo adquiere protagonismo cuando las condiciones empeoran. Con niebla, sobre todo. Entonces, debo esforzarme al máximo porque la visibilidad es nula".
Desde 1985, Vila ha alternado la Vuelta al Mundo -ahora llamada Volvo Ocean Race- con la Copa del América. Son dos especialidades muy diferentes. Ambas las ha ganado. "La Copa del América requiere esfuerzos muy grandes en periodos cortos y una intensidad mayor durante la regata. Luego, tienes bastante descanso. En la Vuelta al Mundo debes mantener un ritmo constante, ir haciendo millas. Las condiciones climatológicas son mucho peores. Es de fondo". Y riesgo: "En el Índico Sur he sufrido los peores temporales. El mar de Tasmania, en Australia, también es muy duro". ¿Miedo? "Hasta que termina la regata no te das cuenta de lo que has pasado. Te encomiendas a la suerte. A veces, de noche, aparecen icebergs en el radar e imposibles de divisar con niebla. En esas situaciones sólo queda pensar: ojalá no choquemos".
Tras ganar con el alemán Ilbruck la Vuelta al Mundo 2001-2002, Vila regresó a la Copa del América, "la más desarrollada tecnológicamente". Defiende los intereses del Alinghi, que ha revolucionado la competición con un nuevo formato. "La actividad ahora es más intensa que en anteriores ediciones", asegura. Vila se refiere a las regatas previas puntuables entre todos los participantes, incluyendo al campeón. Éstas comenzaron en junio en Valencia y ahora, hasta el 5 de septiembre, se disputa otra serie en Malmoe. El nuevo sistema, dice Vila, permite a todos los equipos medirse al resto. Esto no había sucedido antes. "Es una oportunidad para examinarte a ti mismo y a los rivales", asegura Vila, que prevé una edición "más espectacular": "Las diferencias entre los equipos serán mínimas. Y esto se debe a que las nuevas normas de diseño restringen la libertad de los diseñadores". Sea como sea, el Alinghi continúa intratable: es el único que ha ganado todas las regatas previas de 2005.
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