_
_
_
_
Reportaje:VUELTA 2005

En la Vuelta, milagros

La gran peculiaridad de la ronda española es el carácter autóctono y 'maravilloso' de sus protagonistas

Carlos Arribas

"Líbranos, Dios, de más milagros en la Vuelta", reza, juntando las manos, mirando al cielo, al sol achicharrante, bajo los 40 grados a la sombra de Andalucía, un veterano director.

Lo dice sin esperanzas, casi sin fe. Cómo no ser escépticos si ahora dicen los franceses que ni siquiera Armstrong es santo. ¿Quién quiere creer en milagros?

El veterano director sabe que desde hace unos cuantos años, decir Vuelta en el argot ciclista viene a significar lo mismo, o casi, que decir milagro. Sabe, para desesperación suya, desesperación de quien quiere creer en un ciclismo de lógica, de progresos lentos, seguros, un ciclismo en el que dos más dos deberían ser cuatro, que antes incluso de que los corredores suban hoy a la Alhambra desde la acera del Darro en prólogo individual cronometrado, ya se han producido algunos milagros.

Milagro fue hace un año la actuación de Santi Pérez, por ejemplo, ciclista asturiano casi desconocido que terminó segundo una semana antes de que se descubriera que había recurrido a una transfusión de sangre para mejorar su rendimiento; milagro fueron hace dos años las mágicas contrarreloj, no repetidas, la tenaz lucha para ser segundo, de Isidro Nozal, quien hace unos meses estuvo apartado de su equipo por superar los límites en un control de sangre; milagro fue hace tres años el triunfo inesperado -duelo fratricida incluido con el sonriente Óscar Sevilla- del inesperado Aitor González, TerminAitor desde entonces, oculto en su propio mundo hasta que resurgió hace tres meses para ganar la Vuelta a Suiza, también inesperado, por sorpresa, y todo porque un biomecánico de Pisa le enderezó la postura; milagro fue hace cuatro años los vuelos en la montaña del pesado Casero, en duelo con el sonriente ÓscarSevilla, haciendo girar las bielas de Cecchini, bendecido por Eufemiano Fuentes.

Milagro es ahora que Roberto Heras le baste con cambiar el chip, como él gráficamente explica, para convertirse de nuevo para muchos en el gran favorito de la Vuelta 05, un mes apenas cumplido de un Tour en el que no hizo nada. Pero claro, recuerdan los apostantes, tampoco el año pasado hizo nada en el Tour y ganó la Vuelta. Otro milagro. Milagro es que Casero, invisible desde su triunfo en la Vuelta, siga siendo ciclista y que su director, Vicente Belda, diga que "a ver, a ver". Milagro es que hablen del norteamericano Tom Danieldson, ganador de la etapa reina del Tour de Georgia (Estados Unidos) como una de las grandes revelaciones por venir.

Y viendo todo esto, ¿cómo no esperar que en 2005 surja un corredor milagroso en la Vuelta?

Seguro que ese corredor no será, por ejemplo, Santiago Botero, el colombiano increíble, que jadea después de subir cuatro escalones en su hotel, que recuerda que ha estado de vacaciones en Medellín desde el final del Tour, que explica que llega con dos kilos de más y que precisa que en todo caso donde quiere estar bien es en el Mundial de Madrid. Y tampoco será milagrosa la actuación de Tom Boonen, el rey de Flandes y de Roubaix, el rey de las clásicas del pavés, que ha llegado a la Vuelta para decir que se va a retirar dentro de 10 días, que sólo piensa en el Mundial. Ni la de Gilberto Simoni, dos veces ganador del Giro, la coartada internacional de la participación, que llega despeinado, cansado, buscando equipo, y dice que en la Vuelta a Portugal ha sufrido mucho y que no sabe, no sabe... Ni tampoco será milagro si Petacchi, el más rápido entre mil, gana más de dos y más de tres etapas.

Serían noticias lógicas. Sería lógico también que Paquito Mancebo, que se despide en esta Vuelta del equipo de toda su vida, de la gente con la que ha crecido, volviera a ser uno de los grandes protagonistas, como lo fue el año pasado y hace dos, como lo fue el último Tour, en su medida siempre. Poco a poco. O que Menchov, el ruso de Pamplona, el del Rabobank que tan bien lo iba a hacer en el Tour, y no lo hizo porque se puso malo, demostrara que sí, que es un hombre que vale.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_