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Reportaje:CICLISMO | Dudas sobre el heptacampeón del Tour

Recelos éticos

Jordi Segura, director del laboratorio de Barcelona, se pregunta quién filtró los códigos

Jordi Segura, responsable del laboratorio de control antidopaje del Institut Municipal de Investigació Médica de Barcelona (IMIM), aseguró ayer que, "en principio", es posible hallar EPO en muestras de orina congeladas desde 1999, dado que la proteína "no desaparece aunque otros rastros si lo hagan".

Segura pasa por ser una de las voces más autorizadas sobre el tema de la lucha contra el dopaje, dado que dirige un laboratorio que desde 1985 está reconocido por el COI. Ayer, matizando de antemano que no había tenido acceso " al contenido de lo públicado por L'Equipe", aseguró que, "si un laboratorio es capaz de encontrar EPO ése es el laboratorio de detección de dopaje de Chatenay-Malabry, con sede en París, que por algo inventó el sistema".

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Armstrong, acusado de dopaje

Un protocolo de análisis que empezó a luchar contra el consumo de EPO en agosto de 2000 y que desde marzo de 2001 fue asumido por la UCI. El protocolo analítico dura tres días y en él intervienen tres máquinas y muchas horas de manipulación manual.

A Segura el positivo de Armstrong en varias etapas del Tour de 1999, desvelado ayer por el periódico francés, le genera de entrada un par de dudas. La primera atañe al territorio de la ética. "¿Quién ha filtrado los códigos para que L'Equipe pueda saber que las muestras que han dado positivo pertenecían a Armstrong y por qué?", se preguntaba ayer el doctor, de vacaciones en el macizo del Montseny.

Uso científico

La pregunta no es gratuita, habida cuenta de que las pruebas congeladas son, en principio, anónimas, reconocidas sólo con códigos númericos. No en vano tal fue la condición que los ciclistas impusieron para autorizar la congelación de sus muestras de orina, que, además, debían servir para uso ciéntifico y respetar el anonimato de los resultados.

Las otras dudas del doctor insisten en lo ciéntifico. Se pregunta Segura: "¿En qué estado estaban consevadas las muestras, qué control ha existido en la manipulación y en presencia de quién se han realizado?" Además, añade: "Si no hay posibilidad de contraanálisis, no hay posibilidad de sanción".

Pese a su prestigio en la lucha contra el dopaje, el laboratorio parisiense no es infalible. Al respecto se le recuerdan al menos dos errores serios: el primer caso, el de la mediofondista rusa Olga Yegoreva, en 2001. En ese mismo año, también el ciclista español Joan Llaneras fue absuelto de un positivo por EPO tras efectuarse un contraanálisis.

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