A ver quién manda aquí
Los personajes de la foto son el patrón de España y el presidente de España. El primero, llamado Santiago el Mayor, era hijo de Zebedeo y hermano de san Juan Evangelista. Abandonó su oficio de pescador para integrarse en el núcleo duro de los Doce Apóstoles y asistió, entre otros acontecimientos, a la Transfiguración de Cristo, a la resurrección de la hija de Jairo y a la agonía del Maestro en Getsemaní. Una leyenda medieval situó su tumba en Compostela, lugar de peregrinación y última etapa del Camino de Santiago, que muchos consideran iniciático. Los caballeros del reino de Castilla y León lo invocaban al entrar en batalla gritando "¡Santiago y cierra España!", exclamación que algunos pretenden resucitar ahora, junto a otras costumbres medievales.
El segundo de los personajes, situado a la izquierda del lector, se llama José Luis Rodríguez Zapatero y es nieto del capitán del Ejército Juan Rodríguez Lozano, fusilado en Puente Castro, León, por negarse a apoyar el levantamiento armado de Franco contra el Gobierno legítimo de la República. Dicho así, parece que fue un trámite administrativo, pero ser fusilado es una putada. Las víctimas se pasan la noche anterior vomitando, presas de un ataque de angustia interminable. El capitán Lozano, en cambio, se la pasó redactando un testamento que para sus descendientes es el Evangelio (y será una casualidad, pero el lado del Evangelio, en el altar, es el izquierdo). En su testamento, el capitán Lozano perdonaba a sus asesinos y pedía que se vindicara su memoria, última voluntad que Zapatero no ha dejado de cumplir desde que alcanzó notoriedad, primero como jefe de la oposición y más tarde como presidente del Gobierno.
Así que ahí están el hijo de Zebedeo y el nieto de Lozano, completamente medieval el primero y furiosamente posmoderno el segundo. Y es que el posmodernismo, según dice la enciclopedia que acabo de consultar, defiende, frente al autoritarismo de la tradición, la hibridación, el descentramiento de la autoridad intelectual y científica y la desconfianza ante los grandes relatos (la verdad es que parece el programa de gobierno del PSOE). Observen esa desconfianza ante los grandes relatos en la mirada de Zapatero. ¿Cómo explicarse, parece pensar, la vigencia de lo que representa esta imagen medieval después de que hayamos atravesado el gótico, el barroco, la Ilustración, las vanguardias, el existencialismo, el marxismo, el movimiento obrero, el feminismo...? ¿Cómo es posible aún esta alianza entre política y religión que tantas energías nos hace perder? Qué cruz la de verse obligado a asistir a estos actos que anudan la razón al fetichismo. Sea, en fin, fotografíenme, y pase de mí este cáliz.
La expresión de Santiago el Mayor, dentro de su candidez aparente, tiene, si ustedes se fijan con atención, un punto de cinismo, como si dijera para sus adentros: "A ver qué Evangelio tiene aquí más fuerza, si el de tu abuelo o el de mi hermano; a ver quién manda aquí, si tú o el obispo de Compostela". Tras ese desencuentro, o quizá ese encuentro, entre la razón y la fe, cada uno se marchó a su casa y aquí paz y después gloria.
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