"Vivo en el tabaquismo, pero no veo la tele"

Rosa María Sardà (Barcelona, 1941) "nunca ve la tele", según sus propias palabras, pero se acaba de embarcar en una aventura televisiva. Tras triunfar en los escenarios con El ingenio (Wit) interpretando a una enferma terminal de cáncer, papel por el que obtuvo un premio Max de teatro y que retomará en octubre, será a partir de septiembre Eva, la protagonista de la nueva producción de TVE-1 Abuela de verano. Basada en un libro autobiográfico de la novelista y directora de la Biblioteca Nacional Rosa Regàs (Azul, Luna lunera, La canción de Dorotea), cuenta un mes de verano de una mujer con sus hijos y doce nietos en una masía catalana. ¿Qué o quién ha logrado que la Sardà cambie temporalmente el teatro por la pequeña pantalla? Sobre todo, el director de cine Joaquín Oristrell (Los abajo firmantes, Sin vergüenza), amigo de la actriz, que jamás la "embarcaría en una tontería" y que encabeza el equipo de dirección de la serie.

Pregunta. Tras varios años sin aparecer en televisión ¿Por qué ha decidido hacer Abuela de verano?

Respuesta. En realidad no vuelvo a televisión. Volver sería hacer un programa, pero intervenir en una serie es, al fin y al cabo, seguir actuando. Me gusta trabajar con personas inteligentes y Joaquín Oristrell lo es. Nos conocemos en los valores y en los defectos y nos entendemos muy bien. Además, había leído el diario de Rosa Regàs, que es una serie de meditaciones sobre la vida, y me había gustado. El proyecto era muy apetecible.

P. ¿Se siente cómoda interpretando un papel inspirado en Rosa Regàs, que es su amiga?

R. El personaje de Eva no es Rosa. Ni los niños son sus nietos. A partir de su diario hemos creado nuevos personajes y otra historia. Adaptar un libro implica fabular sobre lo que se cuenta en él.

P. ¿Qué le atrajo del personaje?

R. A mí me enganchan las historias más que los personajes. Ésta me interesó porque reflexiona sobre la vida, sobre la época que nos ha tocado vivir, y con planteamientos que comparto. Me gustó mucho el punto de partida, la idea: una novelista que durante el año escribe, hace sus viajes, trabaja, y en julio lo para todo para dar un repaso a su familia. No es una historia típica ni tópica.

P. Ésta es una de sus primeras incursiones en la ficción televisiva. ¿Cómo está resultando?

R. Es cansado. Son seis meses de grabación, de lunes a viernes, pero todo va muy bien. Y no hay apenas diferencias con rodar para el cine. No estamos en un plató, sino en una masía que parece una localización de cine. Tengo la sensación de estar haciendo una película muy larga, de 13 horas.

P. ¿Le gustan las series que se hacen ahora en España?

R. No puedo opinar porque no las sigo. Vivo en el tabaquismo, pero no veo nunca la tele. Cada uno tiene sus vicios.

P. ¿No siente curiosidad por saber qué tipo de series competirán con la suya?

R. No. Y además, cuando trabajo en algo no me gusta tener referencias. Cuando estrené la obra de teatro Wit, en Barcelona, para prepararla no quise ir a Nueva York ni a ningún otro sitio donde la hubieran representado. Con esta serie, pretendemos contar una buena historia de forma original.

P. ¿Nunca se ha planteado hacer un programa de entretenimiento del estilo de Crónicas Marcianas?

R. No. Mi hermano es único. Y yo ya participé en un programa que salió maravillosamente, Ahí te quiero ver. Ya lo he hecho y no necesito hacerlo de nuevo. Siempre miro hacia delante, nunca hacia atrás.