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El Barça mete miedo

Los azulgrana golearon con aparente facilidad al Betis en Heliópolis en la ida de la Supercopa

El Barça ha vuelto. No es que se hubiera ido, es que -como es normal a estas alturas de temporada- no se sabía muy bien cómo andaba. Pues por lo visto ayer, breves indolencias aparte, está como un tiro. Sabe lo que quiere y cómo hacerlo, además de contar con los peones adecuados. Como ayer, que se impuso a un meritorio Betis con una facilidad terrorífica.

La papeleta estaba clara desde el principio: el Barça jugaría a tocar el balón hasta que el desplome del contrincante hiciera que el gol fuera inevitable. Mientras, el Betis ponía a dos infatigables y talentosos mediocampistas, como Rivera y Miguel Ángel, como blindaje de la defensa. El Barça salió imperial al terreno de juego. En Heliópolis tiene el entrenador azulgrana, Frank Rijkaard, uno de los equipos que mejor saben cortar el ovillo de pases de la medular azulgrana. Los barcelonistas comenzaron al ataque, pero en esta ocasión más por obligación que por fe.

BETIS 0 - BARCELONA 3

Betis: Doblas; Melli, Juanito, Rivas, Fernández; Assunção (Xisco, m. 46), M. Ángel (Arzu, m. 80), Rivera; Joaquín, Oliveira (Fernando, m. 80) y Edu.

Barcelona: Valdés; Belletti, Puyol, Oleguer, Sylvinho: Deco (Iniesta, m. 80), Edmilson (Gabri, m. 85), Xavi; Giuly (Van Bommel, m. 69), Eto'o y Ronaldinho.

Goles: 0-1. M. 47. Giuly, solo, bate a Doblas por bajo. 0-2. M. 51. Eto'o, se cuela entre la defensa bética para rematar un gran pase de Xavi. 0-3. M. 64. Ronaldinho, de falta directa.

Árbitro:Daudén Ibáñez. Amonestó a Giuly, Miguel Ángel, Juanito, Deco y Rivera.

Unos 25.000 espectadores en el estadio Ruiz de Lopera. Partido de ida de la Supercopa de España.

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El vivo ejemplo de la parte de obligación que les correspondía en el partido a los barcelonistas era Eto'o. Desplazado a la izquierda para colaborar con sus carreras a cubrir la banda derecha bética, la de Joaquín, el camerunés no pudo contribuir a casi nada en la primera mitad. Su puesto en el centro del tridente lo ocupó Ronaldinho, que protagonizó algunos de los minutos más melifluos, más almibarado, más estérilmente dulzones desde que llegó a España.

El incansable trotecillo de Giuly fue el encargado de asustar a los ya tradicionalmente aterrorizados jugadores verdiblancos en los primeros minutos de cada partido en su estadio. El francés aguijoneó la banda derecha de los béticos una y otra vez. A punto estuvo de marcar un gol tras una arrancada desde la media luna del área. Ronaldinho dispuso de su oportunidad, también arrancando desde el frente de la zona bética.

A pesar de Giuly y de su juego de punzón, el Barça dominó de una manera bastante falsa. Clara, pero predecible; hermosa, pero ya leída. Deco no alcanzó su nivel habitual. Así seguía el partido, con un barcelonista haciendo tiqui y otro respondiéndole taca. Hasta que apareció Joaquín.

Tras un balón perdido por Deco, el zancudo extremo gaditano rebañó el balón, se fue del propio Deco, sentó a Sylvinho, soportó la carga de Xavi y simplemente no hizo caso de Oleguer antes de tirar de rosca a gol. No entró, pero el partido cambió.

El doble pivote bético respiró con la reflexión que frenó al Barça tras la grandísima jugada de Joaquín. Miguel Ángel y, sobre todo, Rivera comenzaron con alguna tímida diagonal. Pero los mediocampistas estaban despistados. Assunção jugaba más adelantado. Bueno, estaba allí colocado, sin mucho que decir.

Poco a poco, el Barça se dio cuenta de que no todo es demostrar lo bien que se toca el balón. No en vano, el Betis no necesitó más de un par de pelotas sueltas para complicarle la vida el pasado curso. No quedaba más remedio que atender a Giuly, había que buscar otras maneras de intentar marcar que no pasaran por tirar desde la frontal del área. Xavi chutó desde fuera del área y Doblas tuvo algún problema. Acertó el meta verdiblanco pocos minutos después, cuando desvió lo justo un centro de Giuly para la percusión de Ronaldinho. La primera mitad terminó con un tiro de Xavi al palo. El Barça se fue al descanso con la ceja enarcada. Había dominado, pero no había hecho caja.

En la segunda mitad, el Barça, simplemente, metió miedo. Nada más comenzar, Ronaldinho vio lo que no había visto nadie, que era a Giuly solo, solísimo. El francés marcó y a partir de ese momento cuando un barcelonista decía tiqui y otro le respondía taca pasó a tener otro sentido más amenazador. Eto'o, tras un fantástico pase de Xavi y Ronaldinho, acabó con el partido.

El Barça comenzó la temporada como mejor se puede empezar algo: una goleada a domicilio, frente a uno de los conjuntos más rocosos y comprometidos. Ayer, fue el Barça en estado muy puro, con sus cosas buenas y sus lagunas molestas. Comenzó abusando del azúcar, pero sacó el fútbol antes del empalago. Incluso regaló algunas gotas de néctar.

Giuly celebra su gol, el primero del Barcelona, mientras en otro grupito Ronaldinho es abrazado por Puyol y Edmilson.
Giuly celebra su gol, el primero del Barcelona, mientras en otro grupito Ronaldinho es abrazado por Puyol y Edmilson.ALEJANDRO RUESGA

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