"Me exhibí demasiado antes de la final"
Arturo Casado, de 22 años, sale de los Mundiales de Helsinki como la gran alternativa española del medio fondo. Quinto en la final de los 1.500 metros, el atleta madrileño ha ofrecido magníficas señales en la pista. Sereno, competitivo, buen analista, nunca estuvo desbordado por la competición, ni por su condición de novato.
Pregunta. ¿Qué reflexión hace de la final de 1.500?
Respuesta. Totalmente positiva. Hace pocos meses no me habría creído que estaría en la final de los Mundiales. Era un atleta desconocido y joven. Esa es la realidad. Sé que en los últimos días se han levantado unas grandes expectativas, en mi opinión excesivas. Se debe a la necesidad de buscar un sucesor a los grandes mediofondistas españoles. Como no ha habido medallas se ha producido una sensación de desánimo. Me parece una reacción injusta.
"Mi atleta favorito es Gebreselassie. Siempre sonreía, respetaba a los rivales... Tenía clase"
"El problema son unas expectativas exageradas y la necesidad de buscar éxitos inmediatamente"
P. ¿Ha leído los comentarios en la prensa?
R. Algunos, otros me los han contado.
P. ¿Está en desacuerdo con esas opiniones?
R. En general, sí. Se ha hablado de fracaso, de mediofondo estancado. No es cierto. Estábamos tres atletas en la final, lo que sitúa a España como primera potencia del mundo. Tampoco es verdad que no haya futuro. Al contrario, estoy yo, Álvaro Fernández, Arturo Rodríguez y Francisco España, entre otros buenos atletas. Somos referentes en nuestras categorías y hemos obtenido excelentes resultados, pero sé que los éxitos se miden con medallas. El problema reside en las exageradas expectativas que se han creado y en la necesidad de buscar éxitos inmediatamente. En mi caso, se trataba de mi primera gran competición internacional al aire libre. No es fácil lo que he hecho.
P. ¿No cometió un error al situarse tan lejos donde se decidió la carrera?
R. Sí, estaba lejos, pero hay que examinar los datos con tranquilidad y sacar consecuencias. Cuando atacó Webb a falta de 700 metros, hizo los siguientes 100 metros en 11 segundos. Nunca ha sucedido esto en una final. Fue una brutalidad. Los siguientes 300 metros se cubrieron en 39 segundos, algo impresionante. Pero es verdad: reconozco que no iba bien colocado para seguir ese cambio de ritmo. Hablé con Juan Carlos Higuero después de la carrera y me dijo que no había visto una cosa igual. Y además hubo otro problema: me exhibí demasiado en la semifinal.
P. ¿Gastó más de lo debido?
R. Mucho más. No es que los demás me probaran. Me probé yo y cometí un error. Respondí a cada ataque. A uno, vale. A dos, puede que también. Pero respondí a todos. Terminé muy cansado y lo pagué en la final. Claro que eso me sirve para sacar conclusiones: la próxima vez no utilizaré esa táctica.
P. En las dos primeras series se impuso desde la cuerda. En la salida de la final, su posición era muy exterior. Eso le obligaba a tirar una diagonal muy larga. No logró situarse en cabeza. ¿Se sintió incómodo desde el principio?
R. Un poco, aunque en la semifinal también salí desde el exterior. Pero no es lo mismo una semifinal que una final. Hay que trabajar todo mucho más porque nadie te concede nada. Había decidido que no utilizaría la misma táctica que en las semifinales. Quería situarme un poco más atrás para sacar el sprint al final. No pudo ser. Me sentí fatigado.
P. ¿Cuál fue su parcial en los últimos 800 metros?
R. 1m 50,20 segundos. Un parcial tremendo. Me sentí muy cansado, sin fuerzas, no por falta de capacidad competitiva. Estoy orgulloso de lo que hice.
P. ¿Le preocupa la digestión de su nueva condición de estrella del mediofondo?
R. La verdad es que no tengo nada que digerir. Estaba feliz por competir en los Mundiales y me siento muy satisfecho con el resultado. He sido quinto. Ya es pasado. Esto no me va a afectar nada. Me afectan otras cosas: los entrenamientos, la respuesta que doy a las instrucciones de mi entrenador.
P. ¿Cuál ha sido su mejor cualidad?
R. No cambiar mi forma de ser en la pista. Y no dudar.
P. ¿No le afectó la presión?
R. No me he sentido presionado. Soy un atleta tranquilo.
P. ¿Cómo se define?
R. Soy trabajador, luchador y competitivo.
P. ¿Y buen estratega?
R. Creo que hago buenas lecturas de las carreras. Ya sé que el 1.500 es casi como el póker. Soy un desastre jugando a las cartas, pero en la pista tengo bastante buen ojo para ver lo que pasa.
P. ¿Cuál es su carrera ideal?
R. Cualquiera que termine alrededor de 3m 40s.
P. No suele ser corriente en las finales.
R. ¿Pocas? Más de lo que parece. Recuerdo la final que ganó Fermín Cacho en los Juegos de Barcelona. En las dos eliminatorias de los Mundiales también hemos hecho ese tiempo.
P. Tiene fama de estudioso del atletismo. ¿Qué atleta le ha impresionado?
R. Fermín Cacho. No olvido el impacto que me causó su victoria en los Juegos de Barcelona. Sólo tenía nueve años, pero me impresionó. Aunque no fue algo que me motivara para adentrarme en el atletismo, es algo inolvidable. Sentí ganas de parecerme a él. Sin embargo, mi atleta favorito es Gebreselassie. Siempre con la sonrisa, siempre amable, veías como disfrutaba con el atletismo. Tenía carisma y respetaba a los rivales. Gebre tenía clase.
P. Su tipología es poco habitual en el mediofondo. Mide 1,87 y pesa 80 kilos.
R. En España nunca ha habido un mediofondista de mis características. Quizá peso demasiado. Tengo que mover más kilos que los demás, pero también lo aprovecho: soy más explosivo que la media y tácticamente puedo utilizarlo para hacerme más espacio y negárselo a los demás. Me aproximo mucho más a la tipología de los atletas de 800. Mi entrenador me dijo que no, que lo mío era el 1.500, aunque yo quería correr 800 metros. Creo que el tiempo le ha dado la razón.
P. ¿Qué dificultades encuentra con ese corpachón?
R. Lo más lógico sería que me encontrara mal en los entrenamientos largos, en las series de cinco o seis kilómetros, pero al lado de Alberto García [su compañero de entrenamientos] me he acostumbrado muy bien. Por lo demás, tengo una buena velocidad, una velocidad natural. Con cuatro entrenamientos alcanzo la punta de velocidad necesaria.
P. Tiene una mejor marca de 3m 35s. ¿En qué umbral se ve?
R. Creo que puedo correr en 3,m 30s o en 3m 31s. Lo puedo conseguir. Más allá, no sé. Sólo sé que voy a entrenarme al máximo para lograrlo. Soy joven. Llegaré muy bien a los Juegos de Pekín en 2008.
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