La sombra de Valentino Rossi

"Es el mejor de todos", afirma Kevin Schwantz, ex campeón del Mundo de 500 cc. "Como Valentino no ha habido ni habrá ningún otro", sostiene Mick Doohan, otra gran estrella. Valentino Rossi saldrá mañana a la pista en Sachsenring, subido a su Yamaha M1 azul, para disputar su 150º Gran Premio, en Alemania. De todas las carreras en las que ha tomado parte desde que debutara en 1996 subido a una Aprilia del octavo de litro, se ha impuesto en 75 ocasiones, más de la mitad. Rossi demuestra que es un genio agarrado al semimanillar de su moto y también en el juego psicológico. No es extraño que así sea, pues il dottore tiene a un maestro que le aconseja. El australiano Jeremy Burgess, de 54 años, es su jefe de mecánicos particular. Jerry, como le llaman sus amigos, ha acompañado a ex campeones como Freddie Spencer, Wayne Gardner o Mick Doohan. "Me da mucha seguridad y con él formamos el equipo más fuerte del mundo", afirma Rossi, que se llevó consigo al australiano en su pase de Honda a Yamaha. En su primer año con la nueva moto, tanto el piloto como su jefe de equipo llevaron a cabo una revolución en la fábrica de Iwata (Japón).

"Nuestro potencial está aún muy por debajo del de Honda", decía Rossi tras debutar en Suráfrica con la nueva marca. Rossi ganó allí y sumó al final nueve triunfos, el mayor número de victorias cosechadas nunca por un piloto de Yamaha en un mismo año. "No sabemos cuánto tiempo aguantaremos la presión que se nos impone desde Japón", argumentaba Burgess al inicio de este año. A día de hoy, este dúo se ha impuesto este año en siete de nueve carreras. Y la diferencia de puntos con respecto del segundo clasificado, Marco Melandri, en la general, es de 104 puntos, la más amplia desde que Doohan se exhibió en 1997. "Esta temporada será mucho más complicada que la anterior", declaraban Rossi y Burgess antes del inicio de este año. Quién lo diría.