Ecclestone golpea a los constructores
La FIA, con Ferrari, Jordan y Red Bull de su lado, perdona a los equipos que no corrieron en EE UU
Las aguas bajan movidas en el Mundial de fórmula 1. A la traición que supuso para los constructores que Ferrari aceptara a principios de esta temporada prorrogar el Pacto de la Concordia hasta 2012, se sumó esta semana la deserción de otras dos escuderías que han optado por renovar su acuerdo con la Federación Internacional del Automóvil (FIA). Red Bull, primero, y después Jordan han dado alas a Bernie Ecclestone, patrón de la F-1, y a Max Mosley, presidente de la FIA, para dar continuidad al modelo actual de Campeonato del Mundo, en contra del proyecto que quieren iniciar los constructores a partir de 2008, cuando concluya el Pacto de la Concordia.
"Ellos quieren actuar en el deporte igual que lo hacen en sus grandes compañías, y son conceptos muy distintos", asegura Bernie Ecclestone. "A veces da la impresión de que estos altos ejecutivos son como muchachos que han leído muchas revistas pornográficas, pero nunca se han acostado con una mujer. Y si siguen por este camino van a crear grandes problemas a la F-1. La utilizan sólo para promocionarse".
La batalla sigue encendida, a pesar de que la FIA realizó ayer un gesto de buena voluntad hacia las escuderías y anunció que el Consejo Mundial cancela el veredicto de culpabilidad que había dictado contra los siete equipos de Michelin que se habían negado a competir en el GP de EEUU (19 de junio) por razones de seguridad. "Habiendo examinado las nuevas evidencias, este Consejo Mundial votó por una mayoría abrumadora aceptar la recomendación del Senado y anular sus veredictos", se explica en un comunicado hecho público ayer en Hockenheim. Las sanciones debían ser comunicadas el día 14 de septiembre.
Entre los afectados se encuentran los grandes constructores -a excepción de Ferrari- integrados en el GPWC: Honda, Toyota, Renault, Mercedes y BMW. Todos ellos lanzaron hace dos años su idea de crear su propio campeonato en 2008. "Incluso sin algunos de ellos, la F-1 podría presentar una buena parrilla de salida", afirma Ecclestone, de 74 años, que no parece tener ganas de seguir esta batalla pero que pretende abandonar su puesto en la F-1 dejando su continuidad asegurada. "El único equipo indispensable es Ferrari. Siempre ha estado en la F-1 y el público no entendería las carreras sin los bólidos rojos. Y ellos han optado claramente por la continuidad con la FIA". Ni Jordan ni Red Bull son constructores y su integración en el GPWC era prácticamente virtual. Las pérdidas no son importantes para los constructores, pero crean incertidumbre y van resquebrajando poco a poco la idea de unidad.
En el fondo del problema subyace una cuestión económica. Ecclestone lanzó a principios de año una propuesta que supondría un aumento de 384 millones de euros para las escuderías en los próximos tres años. Ayer, varios miembros de la GPWC abogaron por un entendimiento de futuro. Quieren su propio campeonato, pero aceptan la autoridad de Ecclestone, con quien ayer se reunieron, porque saben que entenderse entre ellos les resultaría muy complicado.
En los primeros entrenamientos en Hockenheim, sólo Fernando Alonso rompió la hegemonía de los McLaren. Alex Wurz, con el tercer Mercedes, logró el mejor tiempo, seguido de Raikkonen, Alonso y Montoya.
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