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GOLF | Open Británico

Atasco en el hoyo 18

Los partidos en Saint Andrews no acaban nunca. "Es insoportable, esto es un verdadero cuello de botella", comenta un veterano comentarista de la BBC. Cada jugador tarda casi seis horas en recorrer los 18 hoyos del campo. En el último, el atasco es casi cómico. Hasta 12 jugadores se juntan, balanceando con impaciencia los palos, en la última recta del campo. "No hay nada pensado para agilizar el recorrido", confiesa uno de los empleados del Open. "La propia estructura del campo hace imposible ir más rápido".

Saint Andrews, el mítico Saint Andrews, parece una carretera comarcal. Muchos de sus hoyos comparten los greenes, muchas de sus calles son reversibles, es decir, sirven para un hoyo en dirección norte para uno en dirección sur. Los tees y las banderas están completamente pegados. El espacio está muy bien aprovechado. No queda un metro cuadrado libre entre edificios. Así, unos jugadores tienen que aguardar a que pasen los otros, o quedarse como estatuas porque unos señores han levantado el cartel de "quietos" para que los jugadores no se descentren.

También los espectadores paralizan la competición, con su masivo deambular.

Ningún hoyo tiene "intimidad", desde casi cualquiera se divisan los otros. "Nunca he estado en otro lugar tan lento", insiste el reportero de la BBC. No está muy contento. Comenta que la cadena británica ha desplazado a "cientos" de periodistas para cubrir el evento y que a cada uno le hacen seguir dos partidos. "Casi doce horas andando y sin poder parar para comer, porque te dan un lote con bocadillos para que te lo comas en el campo".

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